Indecisos

Regala tu ausencia a quien no valora tu parecencia .

-Oscar wilde

No te quieren perder, pero tampoco te quieren es su vida.

Solo agradece y acepta.

Habíamos quedado para vernos, era la misma rutina; en bañarme, maquillarme, me puse un vestido, pensando que le iba a gustar a Carlos.

Lo espere ya lista para podemos ir ,como de costumbre paso tarde por mí, no me enoje, por yo era consciente de que trabajaba y podría estar ocupado.

Cuando por fin llego, bajé y con mi abrigo en las manos, para salir y irnos  a comer, le abrí la puerta con una sonrisa enorme y un gran beso. Me esquivo, no le tome importancia.

-Bueno, listo amor vayámonos.

-Espera jaz ¿Podemos hablar?, Subamos al carro.

-Claro cariño ¿De qué quieres hablar?

 Y con tanta frialdad, me soltó unas palabras que me atravesaron directamente en el pecho, palabras que dice una persona cuando ya no quiere a otra, palabras que te las deja caer sin avisarte ,palabras que te van a doler.

– “me quiero separar, necesitamos un tiempo”

Me rompió en dos, me dolía tanto, no imaginaba esas palabras, no las veía venir y tan solo, me quede callada, mire para otro lado.

-Te acabo de decir que me quiero separar y ¿No dirás nada?

-(Reí), ¡ay! Carlos, no tengo por qué decirte algo, ya eres consciente de tus palabras, es tu decisión, si sientes que ya no eres feliz conmigo, está bien. Sabes perfectamente que eres libre y siempre lo serás.

Regrese la mirada hacia el aguantándome las lágrimas, sin poder pronunciar otra palabra en ese instante.

Se vio que le sorprendió mi respuesta.

-emm, podemos seguir viéndonos, quiero seguir siendo tu amigo, no quiero perder la comunicación contigo. (Puso su mano sobre mi pierna).

– ¡Ay! Carlos (le quite la mano) lamentablemente, por ahora estas confundido y es normal, créeme, pero no puedes ir por la vida lastimando a personas, solo porque no sabes lo que quieres. No puedes lastimarlas y después seguir como si nada.

(se quedó callado) no pronuncio palabra por 2 minutos, los dos minutos más largos de esa noche

Abrir la puerta del carro, sin nada más por decir, cerré la puerta y me dirigí hacia la puerta con ganas de voltear hacia tras, pero no lo hice.

Cuando por fin logre entrar a mi casa, Me quede mucho tiempo mirando la puerta

Él se quedó afuera, por un buen tiempo, después encendió el carro y se marchó…

Tome asiento en el suelo, haciéndome muchos interrogantes.

¿Se fue o deje que se marchara?, ¿Qué respuesta esperaba?, ¿me seguirá amando?

¿Por qué me habrá dicho eso?, ¿Desde hace cuánto tiempo lo tenía en mente? ¿hice algo mal?

Interrogantes que no tuvieron respuesta, pero algo es cierto

Si realmente me hubiera querido, no me hubiera dicho esas palabras tan desgarradoras, No me hubiera soltado tan abruptas esas palabras y no estaría aquí sentada en la entrada de mi casa pensando si volverá.

Yo sabía que no lo había perdido, pues bien sabía que nadie posee a nadie. Esa es la verdadera experiencia de las libertades: tener los más importante y no poseerlo.

Él quería dejar nuestra historia en puntos suspensivos yo le tenía que dar un punto final.

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