SINCELEJO, PUEBLO DE LIBRES UN LEGADO ANCESTRAL

SINCELEJO, PUEBLO DE LIBRES UN LEGADO ANCESTRAL

Carlos Enrique

25/06/2020

Breve recuento de nuestra identidad

213 metros sobre el nivel del mar, le acercan a los inmensos astros, que algún día coronaban los cielos, que guiaban los pasos de nuestros ancestros.

Cuenta la leyenda que en el principio, el mundo era frío y oscuro, las tierras eran húmedas, no existían los astros ni las estrellas, mucho menos las plantas ni los seres vivos, el silencio reinaba en la inmensidad de la nada.   Solo el dios Mexion  un bello ser que brillaba cual sol radiante,  habitaba en compañía de la gran diosa Manexca, cual belleza era tan sutil y divina que un solo seno le era suficiente. Ellos fueron los creadores de los zenúes (señores del agua) y de todo cuanto existe.

Zenúes amos y señores reales de estas tierras, descendientes de los Muiscas y los Quimbayas, que en lengua “guamaco” se comunicaban, aun cuando la diversidad de ellas les evitaba realmente entrar en clara conversa con sus hermanos vecinos.

La artesanal Mexión, la alfarera Yapel y la espiritual Faraquiel, Macayas eran.

Hacia 1530 los “blancos” con Cinçe el Cacique se toparon, y así por Sincellejo dieron por nombre al sitio que el gobernaba.

Finçenues One nos llamábamos. Dos pueblos unidos pues con Toace, compartíamos el mundo.

El jefe mítico de Zenúfana organizó a todo el pueblo, incluyendo a los jefes de Finzenú y Panzenú. Sin embargo, fueron diezmados por los conquistadores comandados por Pedro Heredia, tras un violento saqueo y despojo de las tierras.

De 580 “indios” solo 128 lograron sobrevivir a la pacificación y adoctrinamiento español, según el oidor Juan de Villabona hacia 1610, al crear la encomienda, es así como fueron unidos a los «indios» de Sampués bajo una sola doctrina.   Bajo un solo Hato, pasaron a pagar tributo sobre lo que antes era propio.

Un hato de “todos los colores” un sitio de pobres, sin importancia para los blancos dominantes.

Al ser re-fundado el pueblo, por Antonio de la Torre y Miranda paso a llamarse San Francisco de Asís, aquel 21 de noviembre de 1774. Se ordeno entonces la re-agrupación del caserío, bajo la famosa escuadra, en un cuadricula hipodámica, entorno al templo del gran Dios Católico, alejando a los indios de sus prácticas paganas.   Pero se aferraron a San Simón de Ayuda y a San Simón de Fuego, nuevos santos venerados tras la propagación de la Fe cristiana.

Luego fuimos de Tolú, luego de Corozal y en el siglo XIX sabanas de
Bolívar, un Corregidor en Corozal tuvimos, mientras solo éramos una pobre Parroquia de libres, sin cura, sin alguacil y sin ley, nos mandábamos y regulábamos solos, ¿no es este uno de los grandes idilios de los hombres? ser libres… “lo vivimos y sobrevivimos”.

Entre cañaduzales, y destiladeros nos forjamos y gracias a ello y a los buenos comerciantes, y a los pequeños y medianos ganaderos que con pastos artificiales transformaban la clase de ganado, empezaron a generar un nuevo rumbo, si así es gracias a la caña de azúcar, a esa dulce miel, a la panela y al aguardiente, lograron acercar a este pueblo de libres al mar, tan solo 50 km de vías, nos brindó la  posibilidad de mejorar comercialmente, y así lograr un modo de vida urbano, manteniendo la vocación agrícola y ganadera y vincularnos al comercio con otros pueblos.

Otros 100km de vías esta vez con Sincé y Sahagún, nos colocaron en el centro del comercio, y sus corajudas faenas de los toros, en fiestas celebrábamos la grandeza de nuestro ganado, y la bravía del hombre de la sabana que domaba al fuerte toro, en homenaje al santo patrono San Francisco, no no no, esto no gusto y entonces apareció el dulce Nombre, sin que fuese tan dulce lo que permitió que el pueblo  creciese, el amargo aguardiente fue realmente el que nos permitió que el pueblo de libres pasase rápidamente a ser uno de los pueblos con mayor crecimiento poblacional.

De 1.399 pobladores paso a 11.336 en 1871. Ya en 1851 teníamos prácticamente la misma población que Barranquilla, por ello nos convirtieron en Cantón, y en 1857 capital de provincia, desde esta época hemos sido quizás uno de los sitios más enérgicos del liberalismo, al parecer eso de ser libres, nos quedo en el pensamiento colectivo.

Ya para 1871 teníamos un comercio dinámico, exportando ganado a Panamá y Cuba, lo cual hizo que Sincelejo se impusiese sobre Corozal y lograra ser el epicentro administrativo de la región sabanera.

Un 4 de agosto del año 1908 Sincelejo fue erigida capital del departamento de Sincelejo, luego de ello perdimos la vocación de productores de aguardiente, desaparecieron los cultivos de caña, y el ganado paso a ser la principal fuente de ingresos.   Con los años la crisis del negocio del ganado se tradujo en pobreza y miseria para la región. en los 40´s se vivió una época de progreso y avances, sin embarco debido a los sucesos de abril de 1948, en el que las trifulcas y el ataque sistemático a los bienes de las familias mas acaudaladas, se dio un éxodo de capitales, que en su gran mayoría se trasladaron a Barranquilla.

La década del 50, trajo un crecimiento poblacional en la que llegamos a los 50.000 habitantes, gracias nuevamente al comercio, a la naciente pequeña industria y por supuesto a la producción agropecuaria.

El 18 de agosto de 1966 se consiguió la promulgación de la Ley 47, que daba vida al Departamento de Sucre, con su capital Sincelejo, fue sancionada por el Presidente de la República  Carlos Lleras Restrepo.

Con un territorio cada vez mas cerca a la metropolización, debemos tener presente que poseemos una gran herencia ancestral, Morroa nos engalana con el hilar de hermosas hamacas y mochilas, Sampués con el sombrero vueltiao identidad del hombre sabanero y caribe. Corozal Perla de la sabana  con sus bellas casonas y su legado de historia.

A solo 40 km de Tolú y Coveñas que, con sus 800km de playas, en el golfo de Morrosquillo desde punta mestizos en Córdoba, hasta punta San Bernardo en Sucre, sobre el cual desembocan las aguas del Rio Sinú, en la boca de los tinajones, en esa inmensidad del mar caribe, embellecidas por sus cocoteros y manglares.

Toluviejo que guarda ser el asentamiento más antiguo del Departamento, donde aún tallan la piedra, el salto del sereno en Coloso y las tinas de
Chalan, cuyas aguas cristalinas nos recuerdan el edén creado por Mexion y Manexca, bajo el lirico sonar de la gaita, dándole vigor al hombre sabanero, para afrontar los retos que los dioses nos dieron al crearnos como hombres libres capaces de enfrentar un mundo cambiante, pero lleno de historias y recuerdos.

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