Otro día que despierto sobre una cama que es más cómoda a la que me crie; esto no la hace mejor, no la hace más caliente, o más cerca de donde soy, de aquel lugar donde podía amanecer sin ninguna preocupación, o miedo; vuelvo a cerrar los ojos, esperando que alguien me de los buenos días, es una esperanza que tengo todos los días.

Abro los ojos por la mañana y espero que Alexa me diga las noticias del día de hoy, que tengo en mi agenda o simplemente el clima. No puedo esperar a tener la vida que quiero, llevo ya 34 años esperándola y aun no es ni como me la imagine; Porque si algo ha de hacerse, pasara por si solo, a algunos les gusta llamarlo destino.

Titubeo al levantarme, no sé porque, se supone que aun soy joven, se supone que ya debería estar levantado, se supone que ya debí haber hecho algo más en el día o en mi vida.

Si vuelvo a cerrar los ojos todo desaparece hasta que Alexa me recuerda por tercera vez este día que ya voy tarde para cualquiera de las estupideces por las que me pagan; creo que me gusta, si no, no lo haría, al menos eso me gusta pensar, aunque claro que me miento, todos lo hacemos y por supuesto que no soy especial.

Me siento en la cama por 8 minutos, justo lo suficiente para dudar si necesito bañarme o simplemente ya es muy tarde, hoy tengo suerte, porque decido bañarme, abro la llave del agua caliente, esta sale enseguida y solo puedo pensar en lo afortunado que debería de sentirme por eso, mi padre, ponía a calentar su agua en carbón, y lo hacia todos los días, el no dudaba; pongo un poco de música porque que es una ducha sin música, cuando era pequeño, me imaginaba cantando mientras el agua caía sobre mi cuerpo, ahora ni siquiera eso disfruto y la verdad es que no se en que momento deje de hacerlo pero lo sigo haciendo por la costumbre; Mi baño dura poco menos de 2 canciones, tomo la toalla y hago un mal intento de secar lo que se supone que debería de ayudarme a salir limpio de ahí. Llevo 36 minutos de retraso y apenas puedo vestirme, me miro al espejo y solo puedo pensar en cuanto debería de disfrutar esto, pero seamos sinceros, si no nos llevamos nada cuando morimos, ¿por qué hacer el intento?

No quiero conducir, claro que mi padre me enseño y también a reparar las cosas básicas, demonios, fue un buen padre, pido unos de esos carros que te llevan a tu destino sin efectivo porque puedo darme ese lujo, y me hace creer que es más fácil que manejar durante 25 minutos y que me cobren $304 solo por llevarme a donde quiera que sea que me están esperando, porque así debe de ser, ellos deben de esperarme, yo soy la estrella, claro, no como Beyonce o Hugo Sánchez, pero oye, para un país que lee menos de 1 libro al año, me tratan bastante bien.

Llego tarde y lo que más me gusta es que aun así me reciben con una sonrisa y un abrazo, sé que por dentro están molestos, y se hubieran querido ir, pero oye, tal vez si soy especial en el fondo.

Hablamos y comemos, no me gustan mucho sus ideas, pero lo hare porque me van a pagar lo que yo quiera y por la cantidad que quiero podría acostarme con sus abuelas 3 veces a la semana, claro que el hotel y los preservativos van aparte.

Al final mi agente hará todo el papeleo y ni siquiera sé porque estoy aquí, supongo que querían presumir que desayunaron con alguien importante o más bien, celebre, porque ellos son importantes, no al mismo nivel de alguien celebre, pero si para poder pagarle el desayuno a quien ellos quieran tener de esclavo.

Son las 12 y ya no tengo nada que hacer, podría regresarme a mi casa o simplemente puedo buscar algo que me divierta, porque si algo hay en la vida que no puedo recriminar es precisamente eso, que la diversión y el placer siempre están, tal vez me gustaría que duraran un poco más de una noche o 3 pero si así fuera, entonces tal vez sería como la felicidad y todos lo arruinarían como sucede con todo; pero claro que todo lleva y conlleva sus desventajas y parece ser que lo más común ahora es simplemente una app.

Con un teléfono de $30,000 sería estúpido que no consiguiera sexo esta noche, así que solo tengo que deslizar a la derecha y esperar que algo se acerque; no tengo que esperar mucho cuando me llega mi primer “hey” de hoy, no hay más que esto, la vida de la forma más sencilla que alguna vez existió, vuelvo a pedir un carro, y doy la ubicación que me marca a 12 kilómetros, tomo un poco de aire al bajar y me recuerdo que lo he hecho cientos de veces, no hay nada que temer.

Tengo que salir de aquí antes de que se entere quien soy, y me haga gastar lo poco que gane hoy en una cena o algo mucho peor, aunque ella no parece ser así, parece más de las que entiende la función de solo deslizar a la derecha y mandar la ubicación. Parece una chica lista, y coge como una diosa, claro que casi todas lo hacen o tal vez sea por mí. El punto es que no me molestaría verla de nuevo, pero no quiero que piense que me enamore, solo que es increíble sin que me tenga lastima y me cierre la puerta en la cara.

Lo más que conseguí fue sexo de nuevo y una invitación a retirarme de su departamento antes de que se encerrara en el baño y llamara a la seguridad de su departamento, cuando me dijo esto último, parecía como que ya le había pasado antes, así que solo acepté, porque es lo que un caballero hace.

Regreso a casa y tengo hambre, así que pediré de comer en el mismo lugar donde pido mis carros, y solo pienso que es lo más cómodo del mundo, y todos deberían poder hacerlo, se dan cuenta que conseguí transporte, comida y sexo con mi teléfono, este es el futuro que todos los hombres imaginaron alguna vez. Y por fin es realidad. Qué momento para estar vivo.

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