I
Tímida e ingenua nace la madrugada
adornada con luceros y la luna buena,
en espera de ver tus ojitos de cristal
que sin duda alguna la vienen a saludar,
nace de este lápiz que es tu esclavo
un verso que solo siguen esos pasos
largos y ligeros como el viento
profundos como el amor que siento,
nace la mañana que s mezquina
pues no quiere que el sol ilumine tu piel
y la brisa con cierta envidia e ironía
dibuja tu silueta cual brusco pincel,
desfilan las hojas arrastradas
haciendo calle de honor a las notas de una guitarra
murmurando entre ellas y al viento mismo
que pareces princesa salida de un dulce cuento,
nace una diosa sutil de color canela
que en un trasegar firme de fina estela
cual de las estrellas la que es fugaz
que maravillas a todo aquel con solo mirar,
te saluda un alma soñadora,
un corazón incauto y emocionado
un existir arrebatado que solo sabe
encontrar el cautivo camino a tus brazos,
te saludan tus gatos en la ventana
que te regalan del cielo las estrellas
de la luna su brillo
de las rosas sus pétalos
y del corazón todo el amor.
II
Llega la noche y aparece el amanecer
y lo único real que existe es tu luz
y lo único cierto son tus ojos
que cerrados me siguen mirando
que aunque dormidos tus brazos
me siguen buscando,
que aunque un mar de personas
me rodean sin pausa y sin cesar
solo siguiendo las gotas de tus pasos
sin dudarlo y sin falta quiero estar,
no hay cielo, ni existir, ni vida
no tiene mi lápiz una razón
no hay mañana, ni religión
solo tu mirada que es mi casa,
llegan las viscerales ganas de escribir
y como condenado solo en ti puedo pensar
sin saber que piensas
si despierta o dormida estas
si me amas o solo me quieres odiar,
llega de nuevo la noche con su afán
y mis caminos siempre hacia ti van
como mariposas de primavera
que en gavilla salen a saludar
los incautos viajeros que siguen a la par
que apresurados a su destino quieren llegar.
III
Y si un buen día de estos
despertase
sin tener el consuelo
de esos ojos lastimeros
mirándome,
y si ese instante eterno
bastase
para robarme el misterio de esos labios
y de ese insensato corazón
un te quiero
y si solo este silencio mudo
me llevase
a trasegar entre los limites
del tiempo y el espacio
para tocarte,
y si solo el irónico aliento
me faltase
al tratar de susurrar al oído
un mal chiste sin sentido
y verte reír como lo haces,
y si el destino mezquino y miserable
tratase
de ocultarte a la frágil luz de mis ojos
al cerrarlos y pensar en tus pasos
encontrarte,
y si un mal día de estos mi voz
se cansase
de leerte versos fantasiosos
se que mi alma seguiría
sonrojando tus mejillas
hasta que mis letras
tu vida alcance.
Autor: Josedoapo
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