Se alojaba en su sala de espera; distorsionada por el
desdén de las cosas… Copas vacías, plumas en cualquier
regazo; libros entre abiertos; Y unas cuántas hojas en una
mesa de espera.
Acostada en su alfombra de color tinto; su vista topaba al
cielo… Esperábamos volar con las gaviotas de su imaginación:
-De alas teñidas del azar rojizo de su cabello, de picos blancos
queriendo demostrar la inocencia de su piel; Y con pecho azul
como la invocación de su mirada…
Se deslizaba de un lado a otro con cansancios agotados,
queriendo soñar con el palpar de su inconsciencia: Con las ganas
de esperar un sueño provocativo; que le diera fuerza de alzar el
suave lienzo de su mano; De ser y hacer caricias a una hoja de papel.
Dieron a la una, pasaron a las dos: toparon frente a frente a las tres…
-Y se doblegó con el sueño esperado, con turbia noche y cielo con
afán encanto.
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