Las palabas de mi boca no te alcanzan,

no llegan a salvarte, te encuentras lejos.

Solo los susurros te llaman la atención,

los susurros de mi alma tras de la tuya,

de tus manos bajo las mías,

de tus alas de ángel al ser desplegadas.

Caminas en recto, sin desvíos,

en silencio, sin compañía,

caminas al fin del mundo,

hasta el fin de tus días,

lejos de mí, lejos de mi vida.

Vida que nunca poseí,

hasta ese primer día,

el primer día que te vi,

primer día de alegría.

Me cautivaste con tu mirada,

con tu risa, con tus manos ajetreadas,

y me cautivaste con tu sombra,

tus cabellos, tus palabras.

Ahora solo te veo alejarte,

ver cómo desaparecen tus pisadas.

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