Siempre tenemos el mismo problema. El sexo. En realidad, es el horario del sexo. La busco en la noches con mis tentáculos, mientras escucho una vaca con palabras vagas que muge “nuuuuu… trabajo… cansada… mañana…”. Y si, es verdad, me busca en la mañana, y ahora el come pasto soy yo: “mmmm… cansado… sueño…” y si eso no la calma, un buen pedo y se acabó.
Generalmente se puede en las tardes, semana por medio, dependiendo del turno y las discusiones. Ah claro, y del condón con 4 años. Y de pronto me hago la pregunta del millón…
¿Por qué se pierde el fuego en el matrimonio?
Ésta pregunta me la hacen siempre mis pacientes, se intrigan con el misterio y la falta de comunicación. Si habrá un engaño o si hicieron algo mal. Y comienza la terapia de pareja y cenas. Y en realidad, la respuesta es muy simple.
Por las vacas y los condones… obvio, ¿por qué más iba a ser?
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