La Esencia no Basta si el Cuerpo esta Ausente

Aunque la vida es solo una brisa que nace durante la noche y desaparece a pocas horas de salir el sol, así igual, estamos conscientes que nuestra vida termina tarde o temprano, sin embargo, en nuestro corazón nos negamos a este hecho, nuestra mente empieza a ignorarlo, y el pensamiento se adelanta a un futuro eterno conviviendo con los mismos seres queridos, amistades, conocidos sin que exista cambio alguno, bueno solo los necesarios que anhelamos porque, es es así, porque en nuestro corazón está sembrada la semilla de la vida, la eternidad, ese deseo de perpetuidad que construye un muro que nos impide inconscientemente pensar en la sombra de muerte. Decimos estar conscientes de que el fin llegará pero en realidad lo ignoramos, aseguramos estar preparados para el día fatal pero evidentemente, cuando llega, descubrimos que no es verdad.

No hay nada mas devastador que la pérdida de un ser querido en la muerte, creemos en Dios pero aun así, duele, existe un vació profundo que llena todo nuestro ser, se turbia nuestro pensamiento, se destroza nuestro equilibrio emocional, se confunde nuestra fe y se desvanece nuestra esperanza, aquella persona que nos amaba, nos hacia reír, enojar, nos desesperaba y preocupaba, ahora ya no está, hay mucho ruido pero, el silencio es mucho mayor y entre una multitud de personas nos sentimos totalmente solos, pasan los años y es cierto que aprendemos a acostumbrarnos a la nueva vida sin ese ser que se ha ido, pero, en cuanto vuelven los recuerdos, esos recuerdos hace brotar lágrimas que como un torrente empiezan a correr sobre nuestro rostro.

A manera de consuelo las personas nos recuerdan siempre lo mismo, en funeral tras funeral se dice: «Ya está descansando en paz, ahora es una estrella que desde el cielo te mira y escucha, Dios lo tiene en su santa gloria», escuchamos y escuchamos todo el tiempo lo mismo y a través de los años atendemos a lo mismo. Inconscientemente empezamos a hablar con nuestro ser querido, pero igual, nos sentimos solos y la soledad inunda nuestra alma y hogar a tal grado que la escuchamos con ese sonido singular de el silencio, que no se aparta ni siquiera cuando hay personas dirigiéndonos la palabra. es en ese instante cuando empezamos a cuestionar la frase «su cuerpo ya no está, pero su espíritu, su esencia está entre nosotros«, ¿puede servir de consuelo, cuando no lo vemos, ni oímos, ni palpamos?.

La realidad es fuerte, sin emociones ni sentimientos sin importar que lastime o alivie. Imaginemos una madre y una abuela que criaron a una pequeña niña, hermosa en verdad, ahora pensemos en el duro golpe que las desbasto al momento de desaparecer, encontrándola sin vida días después en un río, está claro que no podemos imaginar el dolor, de estas dos mujeres por ese suceso, dentro de su hogar bien se podía sentir la presencia de la nieta porque cada objeto, prenda incluso su mascota estaban allí, le pertenecían, pueden ver sus fotos, vídeos donde aparece, sus libros y libretas escolares que muestran sus escritos anotados por su propia mano, todo dice algo de ella, aún su urna que guardan sus cenizas con su foto y nombre grabados en su parte frontal, pero ella ya no está.

Su familia, sus amigos tienen muchos recuerdos incluso algunos objetos que con mucho cariño les obsequio la joven de tan solo 20 años edad, porque así era ella, tenía una gran calidad humana y un fuerte sentido de empatía a tal grado que no soportaba ver a alguien pasar alguna necesidad e inmediatamente le socorría, dentro del circulo familiar era exactamente igual, primero eran los demás, después ella.

Estar al lado de Ella, era estar en otro mundo, te hacia olvidar tu vida, tus miedos, conflictos, problemas. llenándote de energía positiva, limpia, sentías como alimentaba tu alma, espíritu, renovaba tu mente hasta el punto que podías darle un giro a tu vida, ese poder extraño que solo alguien como Ella tenia, logrando darle un rumbo nuevo y provechoso a nuestra existencia.

Ese apego a su abuela quien la asistió desde muy pequeña y, que a la vez le brindo todo su ser creando un lazo tan fuerte que aun ni con su propia madre pudo tener. Para su abuela Ella era su nieta, su hija su razón de lucha, esta pequeña que sabia encontrar a la perfección el remedio para hacerla sentir satisfecha y bendecida de manera inexplicable, así era. Para su madre fue una fuente de fortaleza en los momentos mas difíciles de su vida, en verdad, una jovencita heroica en toda la extensión de la palabra.

Tras su muerte abrupta se descubrieron tantas cosas que a Ella le aquejaban, dentro de su fortaleza existía gran fragilidad que escondió y disfrazo de tal forma que nadie pudo notarlo, ni su padre, madre ni abuela por que, solo las muestras de cariño de todos los que la amaban le ayudaban a soportarlo. Grandes temores e inseguridad la perseguían en todo momento, lo que hacia por los demás no lo lograba para ella misma, ese poder solo podía trasmitirlo hacia el exterior no al interior y su positivismo que la caracterizaba les hacia pensar a todos que no pasaba nada con ella, razón por la cual no pudo recibir la ayuda que necesitaba.

Muchos rumores y dichos negativos se propagaron inmediato a su muerte, nada mas que mentiras e intrigas, que si estaba embarazada se debía a que se prostituía, no existía otra razón para ello; sus relaciones sentimentales eran prácticamente una religión para Ella y se entregaba completamente siendo, como deber ser, mujer de su hombre, su vida ocupada ayudando a los demás y, su integridad personal la hacían libre de todo eso, con el tiempo conoció al joven del cual se enamoro de verdad y el tal era el padre de esa vida que llevaba dentro de ella al momento de morir, no puedes defenderte, pero los que te amamos lo haremos por ti.

Con tus defectos, como los de todo ser humano, puedo decir que eras una excelente y leal mujer, con gigantes virtudes que enriquecieron tu vida, tu ser, tu espíritu, lo que te convertía en esa persona a la que todos queremos tener a nuestro lado.

Te marchaste sin despedirte, alguien tenia prisa de que fuera de ese modo y dar la apariencia de que te suicidaste, pero perfectamente sabemos que no fue así, que no vengan con la historia de que un río te ahogo por que tu se lo pediste, un mal truco para encubrir la verdad, esa verdad que te has llevado y no pudiste revelar

Recuerdos, objetos, mascotas, sí, solo eso nos queda de Tí, quisiera descubrir el lugar secreto donde se van las personas cuando mueren, para ir y visitarte, verte, palparte, oírte, porque eso es lo que mas necesitamos de los seres amados que han partido, para, poder decir en verdad «Shasta, realmente estás aquí«.