La vida es una constante toma de decisiones.

Hay decisiones pequeñas, fáciles, como la que tomas al escuchar el despertador en la mañana y decides entre, apagarlo y lanzarte de la cama de una vez para iniciar tu día, o bien, cuando lo dejas que suene 5 minutos más para disfrutar de lo calientito de tus sábanas.

Existen esas decisiones inconscientes, en donde por costumbre ya sabes que elegir del menú de la cafetería donde siempre vas, no tenes que optar entre una variedad de batidos de frutas, tés o bebidas gaseosas, no, escoges de una vez el café, por que por costumbre sabes que vas ahí por esa razón.

Están las decisiones colectivas, esas que tomas por ejemplo en tu trabajo con tus compañeros, donde deciden a quién le toca limpiar , barrer o sacudir, O bien, la que tomas con tu marido cuando le decís, amor, qué cenamos hoy? Pollo o pescado?.

Las decisiones difíciles, aquellas que te ponen a meditar, analizar, esas decisiones que sabes que si tomas la incorrecta pueden tener muchas consecuencias negativas, como por ejemplo decidir si renuncias a tu trabajo o seguís en ese lugar donde cada mañana que te despiertas decís, no quiero ir a trabajar, O aquella decisión en donde anhelas ir por lo que sueñas, pero sabes que para ello debes abandonar todo lo que tienes.

Y por último están las decisiones que duelen, que llegan al alma, aquellas en donde todo se mezcla, tu vida, tus sentimientos, tu paz, tus sueños.

Son las que más cuesta tomar, en donde debes poner todo en una balanza, ver sus pro y sus contra, son aquellas decisiones que no tomas en 5 minutos, ni de la noche a la mañana, esas que te hacen sentir que no puedes más, que necesitas decidir o todo se va al carajo, si así es, decisiones que marcarán un cambio en tu vida.

Estoy hablando de aquellas como cuando debes decidir seguir con una relación de muchos años en donde no te sientes bien, en donde son más los disgustos que los momentos felices, seguir ahí tratando de que las cosas mejoren o bien, terminar con esa relación aun que duela en el alma, aun que sabes que los días serán eternos por que ya estás acostumbrado a convivir con esa persona, en donde decís, sería empezar de nuevo.

A todos en algún momento nos ha tocado tomar este tipo de decisiones. Sean las fáciles, las colectivas, las difíciles o las que llegan al alma.

Cada momento del día es una toma de decisiones, algunas las hacemos inconscientemente otras las tomas pensando en tu bienestar.

Pero hay algo cierto, cuando te toque tomar decisiones difíciles, siempre hazlo pensando en ti, toma siempre aquellas que te van hacer feliz, no importa si tenés que dejar atrás a personas, cosas o lugares, no te aferres a eso, y toma decisiones en donde tu balanza se incline más por la que te haga feliz y llene de tu vida de tranquilidad y paz.

No temas si tienes que empezar de cero, no tengas miedo a estar solo, la vida te dará la oportunidad de conocer nuevos lugares y nuevas personas que te llenarán aún más, que lo que dejaste atrás.

Será difícil, sí, y a veces sentirás soledad, tristeza y querrás volver atrás, pero recuerda que si decidiste fue por que donde estabas no eras feliz.

Arriesgate, hecha a volar, siente el aire en tu rostro y sueña que ya estás donde deseas, y sentirás tanta felicidad y paz, que esa será tu motivación para seguir adelante.

Sí, la vida nos da constantemente decisiones que tomar, pero también con los años nos da la sabiduría para saber elegir bien.

No te preocupes, que si aprendes a tomar decisiones según las que te hagan feliz, verás cómo el universo conspira a tu favor, y todo irá bien, siempre, todo irá bien.

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