Simplemente Yo.
Siempre me he preguntado ¿Cómo carajo Nicole Kidman, Tom Cruz, Brad Pitt llegaron a ser grandes actores de Hollywood? ¿Será que lo soñaron desde que eran unos niños? O nunca soñaron con lo que son actualmente. He visto millones de personas que sueñan con ganar un Oscar, ser cantantes famosos, y lograr el reconocimiento por la sociedad como grandes en la historia y nunca pasa, ¿Será que no debemos soñar con lo que queremos ser para que nos pase? ¿Será que los sueños por ser productos de nuestra mente no se cumplen? Y miren que he visto personas que hacen su mayor esfuerzo, pero no lo logran. Estoy acostada en mi cama con los ojos cerrados pensando en la vida de los famoso, abro los ojos y frente de mi está el mismo techo blanco de hace dos años, no sé si ha envejecido o soy yo la que está envejeciendo, vuelvo a cerrar los ojos y los abro, lo hago rápidamente a ver si cambia el color blanco, pero sigue ahí, jodiendome la vista cada vez que me acuesto, ahora que me le quedo mirando fijamente recuerdo que en un programa vi que la Antártida es 99% hielo, es uno de los continentes más grandes del mundo y su temperatura es tan baja que no produce en el ser humano una sensación agradable de frio, sino al contrario, sientes que quema y que tu piel se cae a pedazos, al principio lo vi aterrorizada, ahora que lo pienso, el frio nunca es malo, ni en sus condiciones más extremas, siempre tiene alguna ventaja, si viviera en la Antártida se me congelarían los pensamientos, estaría pendiente de cuanto frio hace, si está más helado que ayer, si tengo suficiente leña para el fuego o abrigos para cubrirme, ojala pase un animal inmenso que me dé suficiente comida por uno o dos meses; estaría en la forma más primitiva de vida donde lo demás no tienen espacio, no tengo tiempo de pensar en Fran porque se acerca un oso y tengo que matarlo, dan buena carne y… abro los ojos, ni sé qué hora es, aunque sinceramente no me importa, agarro el teléfono que tiembla al lado de mí, desbloqueo y es un mensaje que dice “No me esperes, llego tarde”. Realmente no sé si la Elena pensativa leyó ese mensaje o la Elena emocional, solo sé que me dolió en el alma esas cinco palabras. Recuerdo a mi profesora de castellano decir “Una imagen vale más que mil palabras”; pero mil palabras de Fran destrozan mi vida y su imagen la vuelve armar. A veces quisiera que fuera mudo… solo lo vería y sería feliz, estaría a mi lado viéndome y yo en mi mente construiría una conversación exitosa que terminaría mi día en felicidad absoluta. Que equivocada estaba esa profesora fulana de tal, realmente no quiero recordar su nombre, vuelvo a la Antártida pero ya no se en que había quedado, la idea de los famosos ya no está y ya no me imagino a Fran mudo. Me levanto, abro la nevera saco la carne del almuerzo para convertirla en cena, veo tele, me baño, veo tele y me acuesto otra vez debajo del techo blanco… ¿Cómo son los niños en el cielo? ¿Sonreirán, tendrán parques o irán a la escuela celestial?; ¿Podrán mirar de vez en cuando a la tierra y ver a sus padres o lo que queda de ellos? No he terminado de pensarlo cuando me siento la cara mojada, abro los ojos me los limpio, insulto mentalmente a Dios, luego le pido perdón y siento que lo amo, cierro los ojos… ¿Por qué mi jefe me dijo que regresará el 1 de Octubre? ¿No le gusta la gente responsable? ¿Cree que mi depresión y mi falta de todo, tiene fecha de vencimiento? ¿Me estoy purgando realmente como él dice o solo le estoy mintiendo a mi mente?… Abro los ojos, y los vuelvo a cerrar, de repente escucho la llave entrar a la cerradura de la puerta, veo un semblante entrar y cerrarla nuevamente detrás de él, ¡Hola! Escucho y Pienso ¡Dios aun habla!, ¡Hola! Respondo con una ilusión que mi mente ve como ridícula pero mi corazón salta de alegría. Veo fijamente los movimientos de Fran en la casa, me doy cuenta que es casi mecanizado, los mismos desde hace dos años cuando ignoraba la tonalidad del blanco de mi techo, lo veo todos los días y el me ve a mí, solo que no se da cuenta que lucho constantemente para ser simplemente yo…
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