El paladín y el ogrillón

El paladín y el ogrillón

En una antigua posada, junto a un árbol marchito, se encontraba él, tirado en el suelo con el vino ya seco que le salía de la comisura de su boca. Con una leve esperanza en un mañana mejor, la esperanza era poca, pero era la suficiente para seguir. De fondo se escuchaba una canción triste de un bardo, parecía entender el sentimiento de este hombre, que para subirle el ánimo empezó a entonar de a poco una melodía más alegre.

Y él dijo, debo cambiar, no puedo seguir mas así. Me haré un caballero, dejaré ésta vida de tumbos, primero conseguiré mi espada, luego conseguiré mi armadura y me enfrentaré a Dregor, el ogrillón que mata y asalta a los viajeros desprevenidos, la gente valorará ésta hazaña, me convertiré en héroe, mi vida cambiará.

Y ahí fue él al centro de la cuidad a la casa de empeños, y volvió a recomprar su espada, después de haber vendido frutas y verduras por un mes. Contempló su vieja espada, sin filo, compró un pedernal, y la afilo. En ese período el ogrillón Dregor había matado ya unos cuantos héroes, campesinos y secuestrado doncellas, estaba completamente fuera de control, y cada vez más fuerte. Los gritos de agonía de sus víctimas, a veces los traía el viento.

-¿Jack… vas a volver al ruedo? – le dice el bardo, – te tengo fe, vos lo vas a lograr, he juntado unas monedas de mis canciones, toma, una armadura de cuero tachonado, también te traje un escudo y un casco de cuero, estás listo, cantaré tu victoria y volverás a ser un caballero.

Ahí fue Jack… el que abandono a su amigo Nemoir, el rey mago actual de Edendor, por celos, en busca de esperanza.

-¡Dregor! ¡pedazo de mugre! ¡canalla! ¡enfréntate a mí! ¡soy Jack el paladín azotador de ogrillones!

¡El bardo toca una melodía triunfal!

El ogrillón bostezando le dice – ¡Me aburres borrachito, te mandare de vuelta al fango, pero esta vez debajo de él, y los cerdos se revolcarán por encima!

El bardo toca una melodía burlona. Su trabajo de bardo le exigía ser neutral y juzgar los valores de los contendientes justamente, por más que era partidario de Jack.

La música del bardo, cambió a una balada épica. Espada y garrote se enfrentaron, fieramente, sin duda iba a ser uno de los héroes más duros que el ogrillón iba a vencer. Hasta que una envestida arriesgada hizo volar, literalmente una de las piernas del ogrillón, el héroe fue envestido con el garrote en la cabeza, el cual destrozo el yelmo.

La música del bardo, toco un himpas…

El primero que reaccione daría su golpe final. El héroe noqueado y el ogrillón lisiado, parecía un empate, ya que el ogrillón de alguna forma se recuperaría, pero la sangre que perdió el ogrillón lo debilito, mas y mas hasta que desangrado se desmayo. Al pasar media hora volvió a ponerse en pie el caballero, ahora si justamente nombrado, de esa forma, retomo su honor.

El bardo cantó una canción triunfal… una espada se envainó… las doncellas rescatadas volvieron llorando a sus casas. Y en una pica la cabeza del ogrillón quedó clavada en la puerta del pueblo. El héroe había vuelto, un caballero recupero su honor, se lo nombró paladín en el templo. A la semana, unos jinetes de armadura plateada llegaron al pueblo…

-Las canciones de la batalla llegaron a la corte del rey mago Nemoir, se requiere al paladín de este pueblo, es un caso de vida o muerte-

Sus andanzas recién habían comenzado.

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