Me distraigo pensando en la posibilidad de libertad, de alterar los límites de mi sexo. En la inmensidad perder no tiene interés, pero en soledad se siente la desdicha que el tiempo muy lento, en lo negro de mi oscuridad, me hizo ser llanto. Entera soy en lamentos y penas.

Tuve ceguera, excusa del tamaño de mi dolor. El sufrimiento, compunción, miedo a estar, a saber como aceptar, a andar y no saber dar, ¿cómo saber recibir entonces?. ¿Cómo creer en las caricias y la sensualidad si lo que falta es constancia? Mi naturalidad quiere irse en degradé para estirar los alcances y que la oportunidad se dilate para que no exista inseguridad ni desamor. Y que el arte penetre en los pensamientos, y que juegue la lujuria en no ser mas que coraje y destreza.

Aunque mi perdición desarme o pueda dividir quiero decir(te), que nunca mentiría, que mi bondad va mas allá de un itinerario y mi compromiso es remar las decisiones claras que la compasión creo para comprender nuestras dichas que dan alegría a nuestros gestos, mientras nos esforzamos y dedicamos a odiar con cólera las calamidades que alguna vez nos puedan dividir.

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