Los que ensordecen oídos, entumecen el corazón,
Los afónicos, nos hacen danzar de regocijo.
Ahora los subastan, los donan o los venden.
obtener uno, ya no necesita mayor merito,
salen de miles de bocas, como una verborrea emocional,
anhelando ablandar el pedazo de víscera que les queda,
La esencia original fue calculada y descontinuada,
como las cartas escritas a mano, que a pesar de su simpleza,
significaban tanto, idealizo con restaurar el sentimiento artesanal,
abolir el deporte del amor y que por fin, nos encontremos
y que entre tantos besos, se te paralice el cuerpo,
se te desgarren los labios, y del corazón se te desborde un te quiero.
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