Las hojas decoran las calles,

mientras el viento agita mis sentimientos,

y el miedo me recorre durante las noches.

Ya no me controlo;

deseo vivir siendo admitida

sin importar mi vestimenta,

soportando cada tormenta.

Caminar por las frías calles,

alumbradas por las farolas,

pintadas con personajes

de negros trajes

y corbatas a rayas;

caminar y escuchar

aquellas puñaladas,

aquellos ”no”,

y aquel ”eso es de chicas”;

aquellas palabras

son mis cicatrices tatuadas,

mis heridas de guerra,

aquello que me hunde.

Quiero llorar,

y en esta noche alocada

me desvestiré,

y gritaré;

quiero ser escuchada,

y cantar hasta las tantas de la madrugada;

quiero ser libre,

yo misma,

mi mejor amiga.

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