Desperté en casa de mi padre, enseguida noté el abundante silencio en toda la casa, no había nadie o eso pensé, revise las dos primeras habitaciones pero estaban vacías, aun quedaba una, la habitación de mi padre, camine hacia ella pero al tocar la puerta esta se abrió, había una profunda oscuridad y de un momento a otro alguien me apuñaló, sentí apenas un pequeño ardor en el vientre y mientras mis ojos se cerraban a lo lejos escuche ¨Ya era tu turno¨.

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