Un mismo amor, distintos rostros, mismas palabras ¿Me pierdo en la locura? La nada se vuelve hacer presente, pero la inspiración queda en lo más profundo, duele, no puede disiparse, quizá no quiere, es más fácil olvidar que sufrir.

Alicia busca desesperadamente al gato risueño, necesita su consejo, no su ausencia, el bosque parece ser muy espeso y oscuro y aunque ese siempre ha sido su hogar, quiere salir, no para intentar ser algo más, solo para rozar la libertad.

Pero el gato se ha vuelto a marchar, abriendo nuevamente las puertas de la locura ¿Qué motivos tiene el gato para guardar silencio? ¿Será solo necesidad de olvido? Lo que para Alicia parecía ser un ensueño, para el gato fue un agradable episodio.

Alicia lleva intentando caminar sola, a tientas, fingiendo seguridad en cada paso, adentrándose cada vez más al corazón del bosque, quiere perderse, hacerse una con la eternidad, guarda una lagrima en una taza de té, como recordatorio de que nada ni nadie es nunca lo que dice.

Addis Désirée.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS