Mil caminos, mil aventuras, parte final

Mil caminos, mil aventuras, parte final

Madrid. – octubre 2016.

Tercer y último capítulo de esta historia de la vida real…tan real que casi no llego a contarla…

Con mi respiración agitada-luego de haber conocido de espalda al nene de la casa-entré al cuarto que nos cobijaría en aquella noche madrileña, asustada…con el pecho…agitado y rebosante y no precisamente de alegría, cerré la puerta tras de mí, dispuesta a alertar a mi hermana del peligro en que nos encontrábamos, pero… al ver a mi hermana Mapy que deleitada y muy tranquila estaba descansando en su camita-cuna, me detuve abruptamente y callé pensativa…

Pensé…que tal vez todo estaba en mi mente, eran mis pensamientos los que estaban desbocados, acelerados…pues ella con teléfono en mano chateaba de lo lindo con su gente…así que calladita, comencé a analizar “fríamente” la situación, comencé a revisar el enorme picaporte de épocas medievales, que lucía con su color plata refulgiendo en medio de la puerta ….”Ése” era el que nos brindaría seguridad, y Oh…sorpresa…no se podía correr desde el interior de la habitación,. pero sí…como lo comprobé después, se podía poner cerrojo … desde fuera con la llave… lo revisé una y otra vez…..solo abría y cerraba desde fuera de la habitación, concluí que estábamos como corvinas…”fritas”

Seguí con mi minucioso estudio de la situación, me acerque a la ventana de aquella habitación, la única vía de escape-pensé- situada muy alto, para acceder a ella tuve que treparme a mi cama que estaba en el 2 piso de la cama-nido, y empinarme para poder ver hacia la calle, la ventana estaba protegida con una persiana metálica, cerrada en un 70 % …así que por ese espacio…pensé…tendríamos que “escapar” si era necesario…claro, pero habría un problemita…. estábamos en un cuarto piso…

“Aguaitando” hacia los exteriores del edificio, llegué a la sabia conclusión, que si pasase algo…a la primera que ayudaría …sería a mi hermana…y dirigí mi mirada hacia ella, quien tranquilita aún seguía descansando placida…calcule que con un empujón si alcanzaría a tirarla hacia abajo si la situación lo ameritaba…claro…un incendio…o si el nene nos visitaba en la habitación…pensé…Solo lo pensé….

Tal investigador privado, empecé a hurgarlo todo, me dediqué a buscar por toda la habitación algún artilugio, objeto, tranca que sirviera para “atajar” u obstruir la puerta…y lo encontré:

¡!Mi cepillo de dientes!!…lo agarré, lo atravesé entre el cerrojo y el marco de la puerta…

Conclusión…conclusión…: Hipótesis: Creo que en algún tiempo debí escuchar algo sobre un tal MacGyver, personaje que lo convertía todo en una arma…muy inteligente y recursivo, quizás fue mi subconsiente que me guio a encontrar-tal MacGyver-esa “arma mortal”.…en mi cepillo dental, y con una determinación admirable e incomprensible hasta la actualidad…lo puse en el cerrojo de la puerta y fue así como ¡!blindé….la puerta!!

Ahora sí me sentí muy segura…a dormir, pues todo el día la faena, del ir y venir por ciudades, aeropuertos, trenes, sí que había sido muy dura…Y ahora tocaba dormir, y gracias a Dios, un cepillo de dientes (comprado al mismo Lorenzo) se había convertido-ingenuamente-en nuestro protector…nuestra “invencible” TRANCA

Aunque usted no lo crea…dormimos…muy bien…¿y que creen???

En pocas horas…Amaneció un día más…en España

¡!Namas-te!!

Pd…Ah, eso sí ….creo que el cepillo de dientes era de cerdas ¡!EXTRA-FUERTES…!!

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