Aquella noche Charlie se despertó para ir al baño y oyó el lamento de la pequeña, salió al jardín y encontró a Alice sentada mirando su raspón y llorando. Sin decir nada, el chico la cargó sosteniendo sus piernitas con los brazos y ella envolvió su cuello. Caminó hasta la fuente, donde sacó un pañuelo y lo mojó y con él limpió delicadamente la herida.
Charlie regañó a la pequeña mientras le limpiaba la boca de los restos de pudín. Le advirtió que no volviera a subir sola. La niña ya se había calmado, pero luego del regaño volvió a romper en llanto.
-Quería subir con ustedes- replicó. Él la miró con lástima y la tranquilizó, cuando dejó de llorar la llevó a su habitación y ambos se fueron a dormir.
A partir de esa noche Charlie la ayudaba a subir el árbol y cuidaba que no se cayera al bajar, e intentaba correr más lento para no dejarla atrás. Poco a poco la pequeña Alice se convirtió en su protegida.
Pasaron seis años, Layla entró al Key Stage 5 con 16 años cumplidos y su mentalidad cambió: ya no le interesaba pasar tiempo con los chicos, ahora ella y sus amigas gastaban su tiempo en arreglarse y hablar de chicos. Charlie y Alice también renovaron juegos, en vez de perseguirse se volvieron sedentarios y se pasaban las tardes jugando al Backgamon o cualquier otro juego de mesa, Alice aprendió a cocinar snacks y algunos platos sencillos y juntos merendaban distintas infusiones de sabores y colores variados y algún bocadillo preparado por ella.
Entonces llegó la graduación de Layla, dos años más tarde, el colegio organizó una recepción y las Roberts tuvieron un pretexto para ir de compras. Fueron a nueve tiendas distintas, de tres de ellas salieron sin ningún articulo nuevo, al final de la jornada subieron al auto con tres vestidos, tres cajas de zapatos, una corona, y dos citas en el salón de belleza.
La señora Roberts había pedido seis boletos, así que después de un largo día de compras se dirigieron a casa de los Hamilton. No era una casa tan grande como la mansión Roberts, pues la señora Hamilton consideraba un autentico desperdicio que una casa tan enorme estuviera sola la mayoría del tiempo. El mayordomo las recibió en la entrada y después de pasarlas a la sala se dirigió a llamar a sus patrones. Inmediatamente Charlie bajó del segundo piso y recibió a Alice con un saludo secreto que habían inventado semanas atrás y notó que llevaba brackets.
Enseguida bajaron el señor y la señora Hamilton y saludaron a la señora Roberts, quien les entregó tres boletos para la recepción. Unos minutos más tarde la criada trajo una charola con tazas y una tetera y una torre con bocadillos. Alice tomó una tarta de limón y vació dos cucharadas de azúcar a su té, Layla prefirió verter un sobrecito de endulzante sin calorías y optó por un cuadradito de sándwich Montecristo. Charlie solo tomó una rosquilla y el resto solo bebieron su té sin añadiduras.
El señor Hamilton se tuvo que retirar para supervisar un trabajo en la empresa, la señora Roberts y la señora Hamilton hablaron por horas, mientras Layla tocaba el piano de cola de la sala, Charlie y Alice jugaban damas turcas, pero el chico constantemente se distraía mirando hacia el piano. Por la noche las Roberts volvieron a su hogar.
Finalmente llegó el gran día, la señora Roberts estuvo medio día en el salón de belleza de donde salió con un maquillaje cargado que disfrazaba sus cuarenta y un años y el cabello completamente alaciado. Su vestido era largo con falda de un cuarto de vuelta, color verde jade y escote Halter sin adornos, se retocó con un collar y aretes de perlas y un brazalete de oro puro, caminaba sobre tacones pump de 5 pulgadas verde oscuro.
El vestido de Alice era Rosa pastel, le llegaba a las rodillas y tenía un escote ilusión que quedaba perfecto con su en ese entonces poco abultado pecho, la falda era de tool de media vuelta y tenía un cinturón de pedrería, usaba zapatos plateados de tacón de cuña de dos pulgadas y media y llevaba el cabello suelto pero sujeto a una tiara de metal y un par de brazaletes de cuentas rosas y plateadas.
La recién graduada optó por un recogido de trenzas y un maquillaje juvenil, el vestido era negro; con escote de corazón, y pedrería en la cintura, la falda larga de tres cuartos de vuelta, llevaba zapatos peep toe negros con un tacón de tres pulgadas y media y traía aretes de argollas y una cadena de plata.
La señora Roberts y la señora Hamilton hablaron por horas de cómo había sido estar listos para la fiesta. Layla estuvo la mayor parte de la fiesta en compañía de sus amigos, mientras Alice y Charlie se divertían entrando a los salones de clase a hurtadillas. Por fin llegó la hora de la cena, el menú era de cuatro tiempos; ensalada Nicoise, sopa de cebolla francesa y de plato fuerte bistec Bearnaise, para el postre se pusieron en las mesas torres con macarons, y madeleines y se sirvió té Earl grey. La familia entera se sentó a la mesa.
El señor Hamilton finalmente se decidió a dar la noticia, unos meses atrás el negocio había dado un giro reconfortante, la empresa ahora comenzaba a volverse internacional, el primer paso era abrir una extensión en Estados Unidos, lo cual tardaría al menos unos tres años, por lo que la familia Hamilton se mudaría a Massachussets al final del verano y Charlie sería transferido a la Deerfield academy para el próximo ciclo escolar, las hermanas Roberts, especialmente Alice, lucían pálidas de la impresión, siempre habían estado juntos viviendo aventuras, como los tres mosqueteros, jamás creyeron que eso se terminaría, el chico no se atrevía a mirarlas.
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