A VECES HALLAS TESORO Y DESECHAS SIN SABER
A veces, basta una tierna sonrisa
en el primer encuentro,
como basta un cálido abrazo,
y así, conocerte fue una dicha.
A veces por una sola decisión,
de pronto eres el punto,
el eje, el núcleo del mundo;
te designo musa de esa ficción.
A veces, más que solo invención,
en poco tiempo eres más real
que la existencia de la constelación boreal,
y causas la más bonita sensación.
A veces, la cobardía y el miedo asechan,
pues, tan bonita sensación de amor
puede perderse; preso de ese temor,
despedirlo con prontitud es la respuesta.
A veces, prepararse para la vida
ofusca, de equivocarse hay temor;
se toman decisiones que provocan dolor
y se cae en un hoyo sin salida.
A veces, conscientes de ser débiles
se prefiere no arrastrar al mismo hoyo,
al dueño de la tierna sonrisa y cálido abrazo;
la excusa: “por amor”, sacrificarse es de mortales.
A veces, dejar que siga su ruta
cuando hay amor, es sacrificio inmenso;
“fue lo mejor”, convencerse es un intento;
sin ese ángel, se lleva una vida abrupta.
A veces, aislada del mundo amical
propenso a caer en la depresión
opta por estar en la parada de la reflexión
y admite que tomó decisión parcial.
Entonces, llega a la fatal conclusión:
que no actuó por amor, ni fue lo mejor;
en cimentar la vida perfecta se centró
y despidió a quien tal vez fue clave de la perfección.
Cometió una y otra vez tal error garrafal;
esperó repetir el vivir de su niña del pasado,
esperando al ángel que voló sin retorno;
es imperdonable tomar tal decisión banal.
Esperanzada en obtener el perdón
del niño de tierna sonrisa y cálido abrazo,
trata de escribir versos con un vano trazo;
loa su audaz existencia en el emprendimiento.
Se despide porque ella sabe de su debilidad
y carencia de tanta valentía, pide al amo del universo:
“ese quien un día fue su musa, sea acaudalado
en conocimiento, salud, amor y felicidad”.
CJQM
OPINIONES Y COMENTARIOS