Miro hacia arriba, el cielo esta mas estrellado de lo habitual y el acostumbrado negro de la oscuridad parece haberse entremezclado con el azul del océano, no es azul marino y no es azul de medianoche, pero es un hermoso azul que cubre las estrellas con tanta armonía como belleza, me encantan los azules y me encanta la naturaleza, el universo todo parece quererseme presentar, pero no puedo acapararlo por completo, se que su inmensidad siempre escapara a mis ojos, al menos por ahora, al menos mientras siga sintiéndome limitado. El sendero es de tierra, es un bello marrón, los colores son más bellos cuando conocemos su esencia, se que el marrón no es de los colores más admirados, pero si se lo asocia con lo que hay detrás, la tierra de este hermoso camino que haciendo simétricas y escurridizas curvas termina perdiéndose en el horizonte, entonces nos dejamos fascinar, cuenta la leyenda que ahí adelante, al final del sendero, donde este parece unirse al cielo, desde ahí se puede ver más y mejor toda la existencia, hay quienes me impulsan a navegar el camino, y aunque este es en subida, parece valer la pena, está bastante empinado y el camino parece cada vez más angosto, pero el paisaje se ve hermoso allá adelante, y parece que a mas altura más cerca se ve el cielo, volviendo a lo de la leyenda, hay rumores de que existieron quienes llegaron a ese horizonte que se une al cielo, y que aunque nunca volvieron, siempre estuvieron enviándonos señales, y que dejaron grandes enseñanzas a un costado del sendero para quienes iban avanzando, dejaron manuscritos, dibujos y símbolos, objetos de piedra y madera, ahora mientras escribo me doy cuenta que ya no estoy al comenzar, he avanzado mucho, estoy más arriba de lo que creía y he descifrado muchos de los manuscritos y de los pictogramas que estos avanzados han dejado, veo el cielo y cada vez está más cerca, sospecho que las estrellas guardan un secreto, uno que no necesita ser revelado, no un misterio, no con un código, solo es algo que no puede ser visto si no se ha subido lo suficiente, siempre tuve una pequeña certeza dentro mío que me hacía dudar, incluso antes de comenzar, había algo que descubrir, ahora se ha convertido en sospecha y sé que pronto volverá a ser certeza. En cuanto a mí, seguiré caminando, y doy fe que en algún momento te encontrare, en aquel punto del horizonte donde el final del sendero se une al cielo, en donde todo converge, en donde todos somos iguales, en donde las estrellas ya no necesitaran guiarnos, en donde el cielo se toca con las manos y la raíz se encuentra en el corazón de la tierra, por favor, espérame al llegar, que de no ser así, yo te estaré esperando.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS