Qué hacer cuando la vida se acaba y quedan palabras por decir, momentos por vivir, perdones por recibir y otorgar.

Qué hacer cuando sentimos que el tiempo se nos va y no hay alguién a quien abrazar, y la sonrisa está seca porque se cansó de esperar.

Qué hacer cuando la soledad del alma se hace evidente, y no hay una mano a la cual aferrarse para sentir que aunque la vida se agota, no fue en vano la existencia.

Qué hacer cuando ya no hay tiempo para regresar, cuando el camino ha sido cubierto por la hierba espesa.

Qué tristeza haberse aferrado al dolor, a la rabia, a la venganza, haberse anclado a la ausencia, estar sin estar, haber perdido el sentido y el significado…haber huído.

Salió corriendo para volverse a encontrar de frente con la misma imagen en el espejo.

Que frustración haberse perdido en el no ser…que dolor irse de éste mundo sin haber agotado las ganas de ser.

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