¡oh! fantásticos ojos crepusculares,

llenas de fuego este páramo aterrador,

cambias mis días con tu respirar,

controlas este aire que respiro, ¡oh gran hombre!

fuerte contra las mareas del mal, fuerte con tus manos libres,

¡oh pureza infinita! ¡oh amor divino!

vives en mi, alli, con tus manos suaves como la niebla al pasar,

alli, con tus labios que brotan universos impactantes,

al mirarme, entras en mi, en mi mundo, en mis sueños,

en este amor, amor puro.

tu miedo me envuelve en la agoia cada noche,

me hace delirar con fuertes melodias, estas, tragicas que agobian,

¡oh gran hombre!

hallame, mirame, convierteme en miel para fundirme en ti.

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