A veces la soledad se vuelve
mi constante y
el flujo de conciencia mi variable.
Tal vez la esperanza se ha convertido en el arma
que lanza perdigones de silencio
para demostrarme que soy un tonto al conversarte
porque sé que tú no
responderás.
Ojalá fuera el bismuto
que pinta la sombra de tus ojos
ojalá me escuches
aunque sé que tú
no responderás.
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