Tu sueño, mi pesadilla.

Tu sueño, mi pesadilla.

annę demans

27/07/2017

Llegó y solo se tiró sobre su vieja y sucia cama. Durmió toda la tarde, no comió, no hizo la tarea, no se preparó para el siguiente dia de escuela. Como a las 6 de la tarde alguien la había ido a buscar como casi todas las tardes, pero ni eso la despertó.

Su abuela llegó de vender en el tianguis. Esta cansada y quiere comer.

-Niña…donde andas? Ya llegué quiero tragar!

Karina la escucha, se mira con el uniforme de la secundaria todavía puesto, mira el reloj barato que hace 6 años le mandó su mamá con un vecino que vino de Estados Unidos, la menor se levanta cansada, con una tristeza que no la deja respirar pero le tiene más miedo a las golpizas que su abuela y su nuevo concubino, don Merino le propinan. Se acomoda la camiseta, se peina con una liga y piensa pronto en una excusa creíble para que no la castiguen por no haber preparado la comida.

Sale del pequeño cuarto y ayuda a su abuela con los pesados paquetes usados en su puesto.

-Déjemelos yo le ayudo! –

La abuela que es una vieja malhumorada y agria le avienta los paquetes diciéndole:Porque apenas vienes a ayudarme ? Te estas haciendo mensa con tu disque tarea verdad?-

-No abue te juro que no, es que me dejaron salir hasta tarde en la escuela y ya no encontré muchas cosas para hacer de comer y ahorita tuve que lavar mi uniforme para mañana…-

Karina espera que su abuela le crea pero solo incrementa la ira de la anciana

-No hay tragazón? – pregunta gritándole

-Solo un poco de la sopa de ayer y frijoles … tambien hay huevito- contesta temerosa Karina

-Te digo que ya no vaya a la escuela- dice Don Merino

-esas son puras tonterías mejor que ya se ponga a ayudarnos en el tianguis o que se la lleve su mamá pa’l otro lado-agrega.

-juuu…esa ya ni dinero manda ni llama -dice la abuela- primero si aunque fueran unos pocos pesos mandaba y llamaba pero ya lleva mas de un año que no hace ni ruido. Ya ves que la hija de doña Ruth me dijo que la vió en una camioneta con un viejo y unos niños. Pa’ mi que se junto con alguien allá y hasta nuevos hijos ya tiene la idiota…idiota yo que me dejó a esta …-

Karina escuchaba esto cabizbaja y con un nudo en la garganta, pensaba una vez más en que deberia existir una ley que impidiera que los padres abandonaran a sus hijos pues para ella el abandono de su madre la había hecho totalmente infeliz.

– Pus a ver ahora quesque con el nuevo presidente el viejo ese… como se llama? El Trump a ver si no la sacan y regresa acá como perrito con la cola entre las patas y hasta con nuevos chamacos!- dice don Merino.

Ambos viejos ríen. Pero Karina solo piensa: ojalá.

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