Podría mencionar muchos momentos en los que una ducha estuvo entre nosotros pero recuerdo uno en concreto cada día, cada vez que me ducho.

Al salir una canción que no me gusta comienzo a derrumbarme poco a poco.

Me veo a mi desnuda, de espaldas, tapandome con las manos ya que me da mucha vergüenza que me miren.

Abro la puerta y grito tu nombre al contestarme te pido si por favor podes venir y cambiarme la canción debido a que yo no puedo por que llevo las manos mojadas.

Se abre la puerta del baño y apareces vos, con tu camiseta blanca y tus pantalones grises de chándal (los cuales te manche de café y cocacola en el mismo día, juro que lo siento, y que me encantó girarme desde el baño y verte en calzoncillos sentado en chinito jugando al clash of clans, me causaste muchísima ternura, en ese momento crei que comenzaba a quererte).

Entraste al baño, cambiaste la canción y me miraste. Te pedí que no lo hicieras, pero aún así me miraste de pies a cabeza, clavaste tu mirada en mis ojos y me dijiste:

– Joder por que estas loca sino me casaría contigo…

Todos los días al ducharme pasa todo por mi cabeza y a medida que transcurren los hechos me derrumbó más y más…

Salgo de la ducha y lloró delante del espejo preguntándome en que falle y al recordarlo lo entiendo…

– Estaba loca.

Lo siento.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS