A veces estoy medio sordo
y no escucho ni el aire,
y casi no me acuerdo
de ningún otro detalle.
Solo un poema encontrado
a las cinco de la tarde,
sin música y recitado
que jugaba al escondite.
No recuerdo ni un verso
tendría que reciclarme,
pues no se si pienso
y tendría que hablarme.
Ni hablándome me escucho
mira que estoy sordo,
a veces es el susurro
de una mosca en mi hombro.
No molestes muchacho
ahora que voy y te escribo,
solo un potente garbo
del que no tengo recibo.
Pues una mosca ha podido
casi, casi delatarme;
ni un misero ruido
pues soy sordo de atarme.
Tony Rojas.
Julio 2017 D.R.
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