… ya era tarde cuando me dí cuenta en lo que te había convertido; todo tu ser, tu esencia, tus defectos, el sonido de tu voz e incluso esos ademanes raros, eran tan perfectos para mí; cada día despertaba con esa insistente necesidad de hacer el mundo un poco más rosa para ti; y a decir verdad cada cosa incluso la más sosa la hacía pensándote, creo que jamás pudiste comprender quien eras en mí, y hoy en esta noche comprendí que la mejor manera, la forma más sensata incluso para mí de poder sacarte de mi alma, de mis venas, de esta piel, era gritarte en cada una de mis letras una muestra mínima de eso que no pude hacerte entender.

Cuando me percaté del error que había cometido, ya era tan tarde; tus besos… cada uno de ellos… desde el más frío y pasajero, hasta el más intenso y pasional, me alimentaron el alma; eran la muestra perfecta de perderte en el tiempo y el espacio; jamás pude dejar de soñarlos; algunas veces aún lo hago. 

Tu sonrisa se me hizo vicio, no era tu carne,  era el poder que me daba tomarte de la mano ante el mundo; tu sonrisa… esos breves e iluminados momentos, eran el aire, y ser quien lo provocará me elevaba al título de nobleza.

Ni yo mismo, así, loco y desequilibrado eh logrado superar el hecho de que tú… cambiarás mis noches, mis días, mis silencios, los latidos de mi impulsivo corazón; la danza de mi alma, el tono y la textura de mi piel…

Una noche sin decirte adiós, seguramente sería de insomnio; una mañana sin decirte hola, sería un pésimo transcurrir; poder decirte te quiero… eso fue agua, alimento,… vida.

Cada canción me sonaba a amarte; e incluso algunas bastante podridas me hacían pensar como poder odiarlas juntos; la comida… que decir, mi sazón era superior al mejor chef si cocinaba para ti; y mi cabello siempre tenía un brillo de impacto cuando me preparaba para verte. La inspiración de mis neuronas se disparó y de mis dedos escurrían letras, porque tú movías con uno solo de los tuyos el universo saltarín de mi cabeza.

Tenerte miedo, siempre me pareció divertido; pero la realidad es que te tenía un tremendo respeto, pero no de esos que ensayas en el espejo; de esos solemnes e irrompibles; y cada alebrestado día me sentí tan orgulloso de ti; por nada, por todo, por ser tú… por engendrar en mí locura, más que loca la más disparatada alegría.

Hablar de piel me volvió idiota, hacerte el amor o cogerte si prefieres, simplemente no tiene letras, ni palabras, no existe idioma o definición concreta, no alcanza nada para describirlo, asì que tome un trío de puntos y cambie el rumbo antes de perderme un recuerdo…

Cuando me dí cuenta ya no pude continuar, escribirte había logrado que me pudiera enamorar aún más y mi deseo de no ser tan de ti se murió en algún párrafo que decoré con tu nombre; me perdí a mi mismo al notar que quien debía comprender era yo… 

Comprendí que ya era tarde, mi vida era más que tuya y mi corazón latía porque existes ; y concluí; te quiero porque estás en mis huesos, en mi piel, en mi alma, en mi sangre, en mi mente, en mi sazón, en el aire, en el agua, en el tiempo,… y en mis letras.

Te quiero porque eres el todo de este humilde y terco ser.

.HARA gonRA.

030214

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