Cuando su corazón deje de quemar,

su brasa no pueda incendiar,

una mirada ya no sea suficiente

y cuando su suspiro acompañe la calma.

Desata los nudos acompañados al vacio,

su voz que ya no guía,

su mirada que fue demasiado,

el corazón que quemo hasta arder

se sucumbió al placer,

sintiendo euforia se dejo caer,

acaricio con el alma cada silaba contraída.

Fragmentando su persona,

unió cada pieza de manera equivocada.

Su corazón que dejo de quemar,

se perdió en el vacío existencial.

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