Capítulo 1
Abro los ojos con un poco de dificultad y apago mi alarma que suena como loca cerca de mi oído, al momento en que toco el piso empiezo a escuchar los ladridos de mi mejor amigo, Luca es un perro que encontré hace 3 años recién nacido en un parque debajo de una banca, sin dueño e indefenso, desde ese momento me enamoré de él y le rogué como un mes a mis padres de que me dejaran tenerlo. Lo aceptaron solo con la condición de que todo lo que necesitara yo lo tenía que conseguir y desde ese entonces no me puedo separar de él.
Me encamino al baño a hacer mis necesidades y alistarme ya que hoy es sábado, y eso significa que oficialmente empiezan mis vacaciones de verano.
Acabo de terminar mi último año de prepa y eso significa que debería estar emocionada y concentrada en la carrera que quiero, pero la verdad es que no se que es lo que voy a estudiar, tengo muchos hobbies y no me decido por ninguno.
Como hoy es sábado me toca salir a correr temprano y no lo hago por querer estar fitness ni nada de eso, sino que me ayuda mucho a pensar y relajarme, es una buena forma de alejarme de todos los problemas que tengo.
Ya lista bajo a la cocina por una botella de agua y salgo a correr hacia el parque que está a tres cuadras de mi casa, la verdad no sé si pueda llamarla mi casa ya que no siento que pertenezca ahí. Mi familia está conformada por mi padre Arthur y mi madre Melanie, ellos se casaron jóvenes y a los pocos años tuvieron a mi hermano Jack, él es dos años mayor que yo y aunque sea difícil de creer no nos llevamos bien, realmente no me llevo bien con ninguno de los tres.
Cuando cumplí 6 años la hermana de mi mamá, mi tía Ana, falleció de un infarto, nos tomó a todos por sorpresa y mi mamá se deprimió demasiado que hasta se alejó de todos.
Unos meses después empezó a ser la misma de antes, pero nada más con Jack, sigo sin entender por qué conmigo es tan cortante, parece como si no le interesara lo que me pasa y con mi papá nunca hemos tenido una conversación real, dudo que sepa cuando es mi cumpleaños, realmente no sé qué pasa con ellos y como Jack siempre fue el preferido de los dos, creció creyendo que yo era menos y que no merecía que tuviera lo mismo que él.
De hecho, la escuela en la que cursé mi prepa es de paga y mis padres decidieron inscribir a Jack, pero a mí no, yo les rogué que me dejaran estar ahí y siempre me decían que ya no tenían dinero para inscribirme, así que me comprometí en tener un promedio de 10 para que ellos no pagaran nada y lo logré, salí con el promedio más alto de toda mi área, pero a ellos no les importo en lo absoluto.
Al darle la sexta vuelta al parque decido sentarme una banca a descansar, ya llevaba rato que no corría tanto y me está pesando. En ese entonces volteo hacia mi derecha y veo a Marcus caminando hacia mí, él es el mejor amigo de mi hermano, parece que vive con nosotros y todos lo adoran, pero yo lo odio, siempre me molesta diciéndome que soy fea, una nerd y varios insultos más, mi hermano nunca le dice nada, al contrario, se ríe de todo lo que me dice.
-Hola nerd ¿ya te corrieron de tu casa tan temprano? – al acercarse más a mi noto que apesta a alcohol.
– ¿Porque no molestas a alguien más? – me paro de la banca y decido caminar hacia mi casa, no soporto estar con personas que huelen a alcohol, pero en ese momento me toma del brazo bruscamente y me estampa contra un árbol.
– ¿A dónde vas nerd? No eh terminado contigo… Oye no te vez tan fea si estoy así de cerca – en ese momento me empezó a recorrer con su asquerosa mirada y solo me daban más ganas de vomitar.
-Suéltame Marcus o grito.
-Nadie te va a escuchar, porque a nadie le interesas ¿que no ves?
Tenía razón, pero aun así empecé a forcejear con él hasta que logré pegarle con mi rodilla en donde más le duele y salí corriendo lo más rápido que pude mientras él se quedaba arrodillado en el suelo.
-¡¡MALDITA MIRIAM, ME LAS VAS A PAGAR!!
Escuchaba sus gritos detrás de mí, pero lo bueno es que soy una corredora algo rápida y pude adelantarme hasta llegar a casa, apenas entre y cerré con llave la puerta dando un portazo. Al instante me lamenté ya que desperté a todos en la casa.
– ¿Qué es este escándalo? – mi madre baja abotonándose su bata y con una cara de furia que me hace quedarme callada – ¿Qué estas sorda? Te pregunte algo Miriam.
-Es que salí a…- en ese momento se escucha como abren la puerta que esta atrás de mí y entra un Marcus muy enojado.
– Hijo ¿Qué te pasó? – mi madre apenas lo ve y lo abrasa, este se me queda viendo con ojos de furia.
– Nada Señora Miller, solo que iba caminando y me encontré a su hija, decidí saludarla y ella de la nada me empieza a gritar y a golpear, yo no sé usted, pero ella está loca – me quedo congelada con la mirada que me da mi madre al momento de escuchar todo eso.
– No puede ser que seas tan irrespetuosa y que estamos criando a un monstruo de hija – ni siquiera me preguntó si era cierto o no, ella ya me estaba gritando como si no supiera que soy su hija.
– Mamá eso no es cierto, él quiso tocarme y me tuve que defender, velo viene borracho y adem… – me interrumpió Marcus poniendo cara de niño bueno hacia mi mamá.
– claro que no es cierto, Señora yo nunca le mentiría en algo así.
– No puedo creer lo que oigo, estas castigada Miriam, no te quiero ver por la casa durante estos días, solo pasamos vergüenzas contigo – en ese momento llega mi hermano y lo volteo a ver con ojos llenos de lágrimas tratando de que me apoye en esto, pero solo me ignora y va hacia Marcus.
– Ven vamos a desayunar Marcus que me muero de hambre – Marcus solo voltea su cabeza y me guiña el ojo en respuesta a su victoria.
– Miriam te eh dicho que no te quiero ver por aquí, así que lárgate a tu cuarto.
– Pero mamá…
– Ay ¡¿que no entiendes chamaca?! Que no te quiero ver mientras este Marcus por aquí.
Subo a mi cuarto con un nudo en la garganta de no saber que hacer, al final de las escaleras me encuentro a mi padre y este ni siquiera me dirige la mirada. No sé qué hago para asquearlos tanto con mi presencia.
Al entrar en mi cuarto encuentro a Luca sentado en mi cama y solo me queda llorar abrazada a él.
Unas horas después me despierto y me doy cuenta que ya son las cuatro de la tarde y que ni siquiera eh probado bocado, pero al momento se me viene la advertencia de mi madre al querer que no me ande paseando por la casa. Mi panza empieza a rugir y no me queda remedio que salir con precaución de mi cuarto, al llegar a la sala me doy cuenta que no hay nadie, me asomo por la venta y no hay ningún carro, eso significa que se fueron sin mí a quien sabe dónde. La verdad eso no es nuevo, pasa casi siempre, así que voy por Luca y le doy de comer mientras me preparo mi desayuno/comida.
Ya comiendo mi celular empieza a sonar y me doy cuenta de que es mi primo, la única persona que de verdad siento que me quiere. Él es hijo de mi tía Ana y al morir él se volvió un poco más maduro y ya no jugaba más conmigo, pero jamás me trató como mi familia, a él si lo veo como un hermano mayor que me apoya y me quiere, aunque me lleva 5 años es un niño divertido y lloricón cuando se lo propone.
-¡¡¡Hola Miri!!!¿Cómo estás? ¿Qué tal tu primer día de vacaciones? – empieza a gritar como loco.
– Hola Adam jajajaja cálmate, estás más emocionado que yo, pues la verdad hoy es un día que no empezó muy bien que digamos.
Le conté absolutamente todo, es al único que le puedo contar mis cosas y sé que no recibiré un insulto o una burla de su parte.
-Ese idiota se las verá conmigo, no puedes dejar que te sigan hablando así Miri, ya tienes casi 19 años, es hora de que levantes la voz.
-No es fácil Adam, cuando me gritan o me regañan no puedo hacer nada, me congelo ante ellos y ya que estoy decidida a decirles algo ya es tarde – me ponía muy mal al saber que no era lo suficientemente fuerte para contestarles y exigirles un poco de amor.
-Mira linda yo sé que es algo difícil para ti, pero llevas esperando años para un abrazo o un “te quiero” de parte de ellos, es hora de que abras los ojos y te des cuenta de que no van a cambiar.
-Si, lo sé, pero ¿Qué puedo hacer?
-Ya te dije que vengas a vivir conmigo, te eh considerado como mi hermana pequeña desde que empecé a jugar contigo a las muñecas y me conoces, soy un desastre con el orden, pero prometo recoger más mi apartamento de vez en cuando.
Cuando Adam cumplió 18 años su mamá le heredó muchas propiedades y como el papá de Adam jamás apareció él se quedó con todo. Fue algo inteligente y muchas propiedades las vendió para pagarse una carrera en una de las mejores universidades de Washington, me sentí muy orgullosa de él cuando lo aceptaron para un intercambio en Canadá, pero al momento en que me dijo que se iría por más de 6 meses no sabía cómo reaccionar, era con el que salía diario y me defendía de todos.
Solo me quedó apoyarlo y seguir con mi vida, él se volvió el mejor ingeniero en sistemas computacionales y muchas empresas lo contrataban, así que dejamos de pasar tiempo juntos. Y ahora él se la pasa viajando constantemente, pero nunca se le olvida visitarme.
-Pero Adam tú te la pasas viajando constantemente y yo solo te estorbaría. Y es cierto, tu no eres nada ordenado, si me fuera a vivir contigo no me sorprendería encontrar una rata por ahí – solo bromeo ya que a él le aterran las ratas.
– ¡¡¡¡No digas eso!!!! Sabes que odio a las ratas, pero me serias de muy buena compañía ya que tú podrías luchar contra las ratas Jajajaja, además estoy viendo en encontrar un trabajo estable y poder pasar más tiempo contigo y también, eso de viajar ya lo estoy odiando un poco – me río por sus bromas., pero sabía que estaba mintiendo, a él le encanta viajar y conocer nuevas partes del mundo.
-Jajajajaja Eres un mentiroso, solo déjame pensarlo, tengo que ver en qué universidad puedo entrar y creo que es lo mejor enfocarme en eso ahorita, y más ahora ya que sabes que voy un año atrasada en el plan de estudios, sabes que adoraría vivir contigo, pero no puedo dejar a mi familia, así como así.
Cuando mamá entro en depresión perdí un año o un poco más en el colegio, ya que ella no tenía ganas de salir y nadie podía llevarme. Aunque me esforcé mucho en estudiar todo lo que no había visto en ese periodo, mis compañeros siempre me hicieron burla de que estaba un año atrasada.
– Es lo que te digo, ellos te tratan mal y sigues defendiéndolos como si fueran los mejores padres del mundo, solo no quiero que sigan maltratándote Miri. Piénsalo y me avisas en cuanto llegue para tu cumpleaños, y en cuanto a lo de la universidad, no pasará nada si te tomas otro año sabático, eres demasiado inteligente y además tu misma me has dicho que no sabes qué carrera quieres estudiar, sería bueno que te lo pensaras mejor.
-Ya veremos Adam, mejor dime ¿Cuándo vas a llegar? De verdad que ya quiero que llegues – Pasaron semanas desde la última vez que lo vi y necesito ver una cara que no tenga esa mirada de decepción al verme.
-Eso ya lo veras, además te tengo una sorpresa para ti cumpleañera. Oye me están llamando, tengo que colgarte Miri, pero en unas horas vuelvo a marcarte, ya deja de desvelarte leyendo o viendo series porque, aunque no te vea puedo sentir las ojeras que tienes jovencita.
– Jajajaja estás loco Adam, pero si, vete que te necesitan y además no me desvelo tanto, ya estoy durmiendo más–no es verdad, pero aun así no puedo dejar de leer o ver mis series, es lo que me alegra el día.
Los siguientes días pasaron rápido, no salía de mi cuarto si sabía que mis papás estaban en casa y me la pasaba leyendo todo el día, el único que me acompañaba siempre era Luca y realmente no me la pasaba nada mal. En dos días va a ser mi cumpleaños y estoy un poco emocionada, digo voy a cumplir 19 años y siento como que este año va a ser diferente.
Me espanté cuando tocaron la puerta, hasta Luca empezó a ladrar, traté de que se calmara para acércame a la puerta, dudé un poco en abrirla ya que podrían ser mis padres y se enojarían al verme. Cuando abro la puerta me encuentro a un rubio de ojos azules sonriéndome como si fuera el más feliz del mundo.
-¡¡¡Miri!!!
Al momento Adam me carga y creo que fue el momento más feliz que eh pasado en meses.
-Tonto ¿Por qué no me avisaste que vendrías hoy? Me hubiera arreglado un poco – volteo a ver mi pijama de color rosa con plátanos.
-Ay tú, ni que se me quemaran los ojos con tanto rosa que llevas puesto. Mira, no puedo quedarme mucho pequeña, solo vine a traerte tu regalo de cumpleaños, no quiero que lo abras hasta que yo pase por ti hoy en la noche. Te tengo varias sorpresas. – me entregó una caja blanca grande.
– ¿Por qué debes irte? Apenas llegaste.
-tengo que terminar de preparar tus sorpresas, estos dos días que quedan te daré varias y la mejor será en tu cumpleaños. Así que desde hoy empieza la celebración de cumpleaños – empezó a bailar como tonto haciéndome reír.
La verdad no sé qué esté planeando, pero sé que será bueno, en un par de horas después me manda un mensaje diciéndome que pasará por mí en 15 minutos.
Abrí la caja y me encontré un vestido azul marino precioso, es mi color favorito así que me encantó. El vestido era de manga larga y la falda quedaba hasta un poco más arriba de la rodilla, me gustó como me quedaba.
Al avisarme que ya había llegado decidí salir por la ventana de mi cuarto que daba al patio, mis padres estaban en casa y dudo que me dejen salir con Adam ya que a ellos no les cae para nada bien, el sentimiento es mutuo.
La ventana de mi cuarto no estaba tan alta y logré saltar sin pegarme, pasé por el patio con mucha precaución de que no me viera nadie y solo al llegar al carro pude respirar. Me afecta mucho tener que salir así de mi casa, pero ellos no son para nada accesibles conmigo.
-Bien cumpleañera, es hora de divertirnos.
-Vámonos ya que me da miedo de que salgan.
Nos tomó 15 minutos en llegar a mi restaurante favorito, donde venden hamburguesas y alitas, es el paraíso ahí. Pedimos de todo y al momento en que llego la comida no dudamos en devorar toda la comida, Adam me contó sobre cómo le va en su trabajo y las ofertas de trabajo que tiene. También me recordó el tema de irme a vivir con él en cuanto empiece la universidad, pero la verdad no sé cómo se lo tomen mis padres, no quiero que se enojen y me alejen de Adam.
Pasamos la noche riendo y platicando como locos, él podría ser más grande que yo, pero casi siempre es más como de mi edad o menos. Al mirar la hora veo que es casi la una de la madrugada, se me fue la sangre de la cara.
-Es muy tarde Adam, mis padres me van a matar.
-Está bien Miri, no te alteres ya nos vamos.
Pagó la comida y nos fuimos directo a mi casa, estaba muy preocupada de lo que me harían si se dieran cuenta de que no estaba en mi cuarto, ya al estar enfrente de la casa pude empezar a respirar normal.
-Lo siento Adam, no quería alterarme tanto, pero tú sabes que no es fácil hacer algo de lo que no estoy acostumbrada.
-No te preocupes pequeña, nos la pasamos bien y aunque sigo en contra de que les des tanta importancia a ellos, estoy orgulloso de lo buena hija que eres a pesar de cómo te tratan. Mañana paso por ti para tu otra sorpresa.
-Sé que hago mal en preocuparme tanto, pero no puedo dejar de hacerlo, ni siquiera pude darte las gracias por el vestido, me encantó, muchas gracias Adam.
-Te queda increíble, tengo muy buen ojo para la ropa de mujer, solo quiero que te cuides ¿okay? – nos dimos un abrazo de despedida y me dijo que me mandaría mensaje mañana para pasar por mí.
Al entrar a la casa no se escuchaba nada de ruido, me asomé a los cuartos y no había nadie, se me hizo algo raro, me asomé al patio y no había ningún auto. Se habían ido sin mí otra vez, eso me deprimió un poco, no tienen el detalle de siquiera ver si estoy en casa o no.
Me fui a la cocina por un vaso de agua, pero un estruendo me hace tirar el vaso al piso y que este se rompiera en varios cachos de vidrio, volteo y veo a un Marcus más enojado que nunca entrando a la cocina.
-Hola nerd…
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