Fé de fenomeno.

Fé de fenomeno.

Jarlyn Loza

21/07/2017

Estaba sentado, en una de mis bancas favoritas de aquel parque descolorido, si, como siempre acompañándome a mi mismo, nadie se atrevía a voltearme a ver siquiera, de mi bastantes cosas se sabían, ciertas en poca parte, la mayoría inventado. Era tanto el miedo que me tenían que ni las mismas autoridades se atrevían a tocar mi puerta cuando había una queja de algún vecino, en su mayor parte porque decían que de nuevo estaba torturando a mis víctimas. Esto último me parece bastante extraño puesto que no torturo a nadie, no lo he hecho, es solo que, esos bastardos…, esas gentes sin una buena vida como para que se la pasen criticando la mía a mis espaldas, en aquel pequeño poblado donde las gentes son tan ingenuas que se creen cualquier tontería que les cuentan y que dicen cualquier cosa que les pasa por la mente sin siquiera pensar si es verdad o no.

En este pueblo, donde la iglesia, la máxima autoridad, lavaba el cerebro de las gentes con falacias sobre la fé y Dios, sobre la supuesta salvación, pero ni siquiera era una buena iglesia, solo se dedicaba a poner a todos en contra mía, diciendo que yo era el mismísimo diablo en vida, por favor, si lo fuera seguro estaría en un mejor lugar que éste.

Llega un momento en el que las personas no pueden soportar tanto desprecio y por tantas emociones cargadas en su ser, explotan, en un principio me esforcé por agradarle a las personas pero debido a mi condición física, a que soy llamado fenómeno, y a que me quieren torturar como en la inquisición porque primero, soy un error de la naturaleza y segundo, porque por lo anterior me veo obligado a cargar con los delitos que otros cometen, llevándome los créditos de culpa. Simplemente no pude soportar todo lo anterior, este pequeño poblado necesita una lección y así tal vez, se logre una estabilidad social. Si dicen que soy un diablo, lo seré porque no pretendo hacerlos unos mentirosos y ellos tampoco pueden hacerme un fenómeno real sin que lo sea.

No no, no te confundas pequeño lector, esto no se trata de hacer campañas sobre concientizar a la gente de que somos iguales, tonterías, esas cosas no sirven cuando la misma iglesia ha dicho que eso también es del diablo, según esta, todo lo es, principalmente si se trata algo relacionado conmigo.

Recuerdo el mayor de sus delitos, no puedo recordar hace cuanto fue exactamente, siento que fue tan reciente, pero no lo fue, dejó un gran vacío en mi. Desde que mi madre se embarazó de mi, nos despreciaron a ambos, no la dejaban entrar a las tiendas o incluso ir a misa. En una de sus tantas versiones, la más popular, inventaron que yo no tenia padre, que solo el diablo había elegido nacer en mi cuerpo, utilizando el de mi madre, lo cierto es que si, el diablo me engendró, haciendo sufrir de la peor manera a mi madre, a mi querida mujer, nunca me contó quién fue mi padre, tal vez porque ella misma no lo sabía y todos la criticaban por eso, pero no criticaban la manera de educar a sus hijos y de lo importante que es respetar a una mujer. Un día estando en la plaza principal con mi madre, era la hora en que la misa llegaba a su conclusión, cuando un montón de gente saliendo nos empezó a señalar y a hablar tan duro de nosotros, mi madre solo trataba de calmarme, yo, abrazado a su lecho me sentí protegido, lo cierto es que a ella nadie la protegía, y entonces pasó, solo recuerdo el cuerpo pesado de mi madre sobre mi, unas manchas rojas en mi camiseta y nada mas. El momento traumático de la muerte de mi madre y el tener que vivir sin ella me dejó aún mas cohibido de lo que ya era, no podía asistir a una escuela, no podía entrar a la iglesia, siempre caminando kilómetros para poder comprar lo que necesitaba en el poblado más cercano.

Y sin embargo me encontré ahí, sentado en un lugar (donde supuestamente no podía estar), con todo planeado, viendo a la gente, a los niños jugando, a todos los que me han hecho sufrir, a todos los que arruinaron mi vida, los que la han hecho más difícil, los padres e hijos de los que asesinaron a mi madre, de los que también la hicieron sufrir, de todos aquellos a los que odio.

A mi lado un bote lleno hasta el tope de gasolina y unos cerillos, si, yo podía ser el Diablo mismo pero ahora los iba a salvar o si no, los iba a llevar a nuestro propio infierno, donde no harían mas que respetarme y obedecerme, cada una de las personas aquí, solo tenía que esperar el momento, justo antes de que acabara la misa comenzaría a esparcir la gasolina y cuando por fin acabara y todos salieran, sorpresa, la verdadera salvación.

Mientras esperaba, solo pensaba en mi odio, mi propio odio que me obligaba a hacer lo que estaba punto de hacer, trataba de tomar las fuerzas para cumplir mi gran hecho. Pero había un problema, la duda comenzó a saltar de mi ser, ¿Era que los odiaba en serio? ¿O acaso me odiaba a mi mismo?, no no ¿A mi por qué? ellos eran los que me habían hecho sufrir, pero ¿Y si ellos también me odiarían por lo que iba a hacer?

Cuando la señal de que todos estaban a punto de salir di, lo único en lo que pude pensar fue en que no podría, ellos me habían hecho sufrir de la peor manera sin embargo no podía pagarles con la misma moneda, sabia lo que se sentía, toda mi vida lo he sentido y sin embargo ellos no merecían morir para sufrir lo que yo, ellos merecían algo mucho peor, seguir sufriendo en su ignorancia, en seguir matando los unos a los otros como depredadores, en no saber ni conocer la verdad de muchas cosas, si, el peor de los castigos ellos ya lo tenían, seguir destruyendo su entorno y a su misma sociedad, el que yo los asesinara no iba a cambiar nada, si ellos preferían seguir viviendo en retroceso por mi qué.

Cuando salieron, como era de esperarse, todos me comenzaron a mirar y ha hacer gestos de desprecio, lo único que hice fue nada, y de la nada, me di cuenta que tenia una daga en el bolsillo, la saqué y todos se espantaron, todos comenzaron a gritar, sus horribles palabras, -Mátenlo- , -Fenómeno- , -Error de la naturaleza- , etcétera. Después de esto grité, -Si ustedes, seres analfabetas, no aprecian lo que tienen, no saben como utilizar lo que tienen a su favor, no es culpa mía, sigan en su ignorancia de desconocer como sacar este pueblo adelante, ni en su educación invierten, ni en base sobre sus valores actúan, ese no es problema mío y nunca lo fue, me despido de nadie porque nadie representa este lugar. Y después por acto inconsciente pero no arrepentido, sentí la daga en el corazón, mis decisiones las tomé, no recuerdo el suceso próximo a esto, sin embargo, no espero haber logrado nada, solo espero acabar con mi dolor, espero acabar con mi sufrimiento, espero que nadie sufra lo que yo sufrí.

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