Ayer recordé que estaba muerto
que todos lo están
quizás aún no cayeron.
Ayer abrí la mano
y vi mis sueños hechos polvo
de tanto apretar,
“azúcar para un té”, pensé.
Ayer bebí sediento y moribundo
y hoy por fin despierto
rodeado de gente muerta
bebiendo té.
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