Un arbol estrellado crece en la lejania.

Hace que el paisaje se detenga en la estacion del silencio.

Quietud que comparto con rosas y claveles.

Deshojo la mirada, quedando a oscuras.

Solo percibo la fragancia de los montes que se arrodillan frente al mar.

Gaviotas anidan en arreboles de epuma,

esperando que el sol descance en en las profundidades del oceano.

Penetra en mi cuerpo el frio tremebundo,

frente a este cuadro que la inmensidad a pintado.

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