Cada noche cuando te recuerdo
lo único que puedo hacer es intentar
plasmar mis sentimientos en esta materia inerte,
tratando de consolar
el dolor de no tenerte.
Pasa el tiempo y aún seguís
dándome los buenos días;
esos prohibidos, que decís,
pero solo vos sabes
como hacer de mis mañanas
las mejores.
Porque de aquellas canciones y locuras
quedó mucho en mí, mucho en vos,
no creo que tantas miradas
puedan ser fingidas.
Cuando te veo, pienso en una despedida
de una buena vez por todas y todo resulta
ser una tormenta de pensamientos,
el recuerdo de que te quiero.
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