Carta a mi Abuela

Carta a mi Abuela

Hugo Rizzo

14/05/2020

Buenos Aires, 13 de Mayo de 2020.

Carta a mi abuela:

Mi abuela paterna falleció hace unos años, anciana ya, pero dejo huellas muy marcadas en mi vida, no podría escribir ni decir nada de ella sin dejar mi corazón expuesto, no porque haya sido perfecta, porque erro en muchas cosas, pero si porque dio todo de si a mi favor para mi.

Tuvo un rol preponderante desde que nací, mis padres no podían tener hijos en aquel entonces y ella era amiga de un partera que hacia los partos en su consultorio, ese día estaba ella ahí, y estaba una mama de algo mas de 20 años, con un bebe de 6 meses de embarazo que hasta hoy no se la causa por la que no pudo cuidar. Mi abuela sabia del deseo de mis padres de tener un hijo, habían tenido 3 abortos espontáneos antes que a mi llegada, era tanta su necesidad de ser padres!.

Desde que nací siguió mis pasos a veces de cerca otras de lejos porque viví mucho tiempo en el norte Argentino. Cartas del correo que llegaban 1 vez por mes, el correo quedaba a 60 km de distancias, algunas llamadas de teléfono muy aisladas. Aquellos años eran años tan diferentes a estos en tecnología y comunicación!.

Cuando termine el secundario vine a vivir a Buenos aires, ella fue la que me dio un lugar, afecto, una comida caliente, preparaba mi desayuno a la hora que fuera que me levantara, aunque yo le decía que siguiera durmiendo no quería, y de la misma forma me esperaba a cenar después de la facultad a las 11 u 11.30 de la noche. Estaba tan pendiente de mi, que el tiempo me hizo entender porque se sentía media madre aunque yo tenia la miá.

Festejaba mis logros, cuando algo no salia me decía no importa, vos seguí, lo que no se hace en un año se hace en el otro!. Enviudo muy joven y se hizo cargo de su vida con 2 hijos adolescentes, en esa época no había planes sociales ni salarios familiar, si querría cubrir sus necesidades había que trabajar y ser madre e hizo las dos cosas,

que decirte abuela miá si fuiste y dabas todo lo tuyo por la mía, a veces un amor acaparador medio egoísta, pero siempre dándome lo que necesitara. No nos dijimos muchas veces que nos amábamos, tampoco muchos te quiero, pero estaban en nuestros corazones y los dos los sabíamos.

Lo que aprendí diciéndote gracias es a hacer con otros lo generosa que fuiste vos conmigo. Siempre seras mi memoria, y siempre estarás viviendo en mi corazón aunque hoy no estés conmigo.

Hugo Rizzo

Médico de Familia y Pediatra.

Escritor

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