EL PEQUEÑO CONEJO BLANCO.
Había una vez un conejo blanco que se salió de su hogar, para ver si podía hacer un poco de fortuna en el mundo exterior.
Ya tenía una semana sin estar con su familia, pero el conejo seguía aferrado en que él tendría fortuna y así podría llegar a ser el líder de los demás conejos.
Pasando por un pantano se encontró la Señora Lagarta
- -Hola Señora Lagarta dijo el conejo!
- -La Señora Lagarta lo quedo viendo fijamente y lo único que dijo fue:
-Que rica comida tendremos el día de hoy!!!
Al oír esas palabras el conejo corrió y corrió asustado, tan rápido que iba que cayó en un lodo, cuando miró a su alrededor era una bella Ciudad.
Se levantó muy alegre y con lo poco de dinero que le quedaba se compró zapatos, ropa y fue a jugar apuestas hasta quedar sin dinero. Al siguiente día tenía mucha hambre, pero se acordó que había gastado todo su dinero y se puso triste, no le quedaba nada así que se acercó a los mendigos a pedir. Pero nadie le daba ni una moneda.
Entonces pasó el Señor León bien vestido. El conejo le gritó:
-Señor León me podría dar trabajo es que no he comido y tengo mucha hambre.
El Señor León le contestón si tengo trabajo para ti.
El conejo muy alegre le – dijo Gracias.
Se fueron a la casa del Señor León en la entrada de la casa había un jardín con muchas flores bellas y el corrió admirando el hermoso jardín.
El Señor León le dijo hoy comenzaras a trabajar quiero que limpies las 8 manzanas de tierras que tengo y que queden regadas, cuando termines me busca en la ciudad para pagarte.
Comenzó a trabajar muy entusiasmado, cuando llego la tarde había terminado su trabajo. Muy alegre se fue a buscar al Señor León a la Ciudad. Pero cuando él preguntó por el Señor León, le dijeron que era un gran estafador.
Muy agotado y decepcionado con hambre no pudo más y solo pensaba que bien estaba con su familia, así que decidió regresar.
Su papá desde lejos lo vio, corrió y lo abrazó y su familia lo recibió con mucho amor. Hicieron una gran torta de zanahorias y llamaron a todos sus amigos, hubo una gran fiesta de celebración por su regreso a casa.
El pequeño conejo blanco pudo comprender que tener a su familia era su gran Fortuna. No hay mejor lugar como el hogar.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado…
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