Te he estado esperando
¿Dónde reposaste
todo
este tiempo?
nunca había
visto
una sonrisa
tan radiante,
podría ser
la pócima
de tus besos,
no lo sé,
espero que sí,
ahora,
no sé
cómo renunciar,
solo quédate,
acurruca
tu pecho
al mío,
y hagámoslo
hasta
que sienta
inadecuado,
hasta
que nos broten
alas,
y del pecho
se retire
la espada,
y seguir,
seguir
hasta
que los latidos
se hagan uno,
y entonen
el mismo
verso,
la misma
trova,
sin embargo,
si me arrojas de la borda,
y tu vida
toma
otro rumbo,
a pesar de que:
rabiaría,
sufriría,
penaría
mis
noches
de
ti,
amo
tu
albedrío,
y adoraría
verte feliz.
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