Hay cosas, experiencias, momentos, causas, sentimientos, personas y el pasado que lo cambian a uno, lo hacen a uno más fuerte, le endurecen el corazón, lo transforman a uno en un diablo, lo convencen más y más a uno que la mejor opción es estar solo o darle la razón al dicho “mejor solo que mal acompañado”; y así uno no sufre, no se lastima, no le duele nada, no llora, no se entristece, no se frustra, no se preocupa y todos los sentimientos o emociones que esto causa; lo vuelven a uno frio tan frio como un tempano o un iceberg que hunde en lo más profundo del océano a cada barco que se le arrima para evitar daños y que pasen más allá; esta analogía es perfecta para uno convertirse así; sin embargo, no es posible hacerlo o por lo menos para mí no lo es, porque no soy así, no está dentro de mi personalidad; además ser como soy es algo que me caracteriza y así es como me recuerdan la mayoría de las personas.
Yo solo desahogo escribiendo lo que siento y como percibo que son las personas, la vida, las relaciones, las emociones, los sentimientos y a veces como deberíamos ser, no lo escribo con el ánimo de ofender o de echarle leña al fuego de algo que ya fue, solo son percepciones y pensamientos a veces sarcásticos, a veces cómicos, a veces dramáticos, a veces melancólicos, a veces lamentables y de pronto a veces ofensivos porque me paso de la raya… pero no es la intensión; ahora la vida es un mataculin “sube y baja”, nunca se mantiene en un punto de equilibrio, siempre en movimiento, de echo así debe ser, la vida no puede tener un equilibrio perfecto, así nos crearon, así nacimos, así somos y así moriremos; somos humanos con pensamientos cambiantes, con sentimientos a veces erróneos, a veces confusos, a veces correctos, a veces cómicos o el favorito mío: sinceros y por último el peor de todos traicioneros y falsos; solo como yo lo he dicho en varias frases y estados: “Tenemos que aprender a escoger”; ¿pero escoger qué? Aprender a escoger un sentimiento compatible, a escoger a la persona que más o menos se acomode a lo que uno busca y te pueda brindar lo vital y no hablo de dinero, ni de sexo; hablo de apoyo, de amor, de cariño, de confianza; ya despues si quiere lo saca al sol; pero es eso, y así se resume la vida en esperar como dice Azcarate, en esperar ese coro de ángeles, de arcángeles, ese amor que te desvelara el resto de tu vida con sus ronquidos, ese matrimonio ideal que la mayoría sueña, esa música que hacen los gemidos cuando le están dando a uno como a bombo en fiesta; esos sobrenombres cariñosos que nos ponemos que algunos son hasta cómicos como: “bébelo, payasito, gordito, flaquito, mi rey, mi osito (que me parece atroz) etc…”, esa luna de miel… y así es la vida, los sentimientos y las emociones; es esperar, paciencia y tratar de sobrevivir a todo esto… Finalizo con esto: “El peor enemigo de uno mismo, son tus propios miedos”, estos son los que nos hacen tan vulnerables y tan débiles.
OPINIONES Y COMENTARIOS