Wolf~Hija de la Luna

Wolf~Hija de la Luna

BG Marlene

05/05/2020

Burlas, golpes, empujones y demás humillaciones a sufrido Marina debido a su cuerpo, vive todos los días soportando el infierno que tiene por universidad, pero todo cambia con la última broma de parte de sus compañeros.

La cambian de universidad a la ciudad de a lado, allí ella pretende actuar segura de si misma, y más cuando conoce al extraño muchacho del que muchas suspiran pero al que nadie se acerca.

Este contenido puede contener lenguaje soez y escenas subidas de tono. Prohibido su plagio, adaptación, traducción, copia, etc.

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Código de registro: 170929362937



Prólogo

Cambio: dejar una cosa o situación para tomar otra. Una pequeña palabra que implica grandes cosas.

Si me hubiesen dicho hace 30 años lo que ahora sé, volvería a tomar casi las mismas decisiones. Evitaría las que sé me pueden perjudicar, evitaría derrochar el tiempo y transformar el «hubiera» por el «lo hice y no me arrepiento.»

​Una de las cosas que más recuerdo son aquellos sueños que me avisaban que algo grande se avecinaba, que me decían que es lo que ocurriría, recuerdo con ímpetu el tercero, pues, analizándolo ahora, era el que estaba más cerca de cumplirse.

​Gruñidos, aullidos, dolor, sangre, lobos y una mandíbula con colmillos largos y afilados que se lanzan al ataque sobre mí. Ese maldito sueño hacía que me levantara de golpe casi todas las mañanas debido al miedo. Aun recuerdo los temblores con los que despertaba.

​En aquel tiempo ese sueño se había repetido una y otra vez desde varios días atrás mostrándome el suceso que cambiaría mi vida por completo, pero que en ese momento no sabía. Y lo recuerdo todo, justo como si fuera ayer…





Capítulo 1


30 años antes

Me siento en la cama de golpe para apagar el despertador, y en silencio le agradezco pues me ha levantado a tiempo, nunca he visto más allá de eso y quiero que siga así. El ser atacada por un lobo no es nada bonito, y menos si es un lobo gigante, lo peor es que a veces siento el dolor y se supone que eso no debe de ser. Que no puede ser posible.

​Gimo por mi adolorido cuerpo y masajéo mi frente mientras poco a poco los recuerdos del sueño vienen a mi mente, cabe decir que últimamente las pesadillas se están haciendo un poco más fuertes y más sangrientas.

​Mis sueños son diversos pero todos y cada uno de ellos implican a criaturas que no existen, que solo son mitos y leyendas, me preocupa que sean demasiado explicitas con los desmembramientos, sangre y todo eso. Por ejemplo, la anterior a la pesadilla de hoy.

​Es una guerra en donde hay bestias y criaturas místicas y fantásticas luchando contra personas con aspecto parecido a los Assassin’s y es que… aunque sus trajes y armas se vean bien, ellos dan miedo, mucho miedo, en su rostro se refleja la satisfacción que sienten al asesinar.

Puedo ver el terror de algunas criaturas al ver las armas acercarse a sus cuerpos, pues los que supongo son asesinos puedo decir que son como cazadores. La aldea a la cual han atacado no tuvieron tiempo de nada, fue sin previo aviso.

​Más raro aún, los animales y criaturas defendían a las personas del pequeño poblado, no entiendo que sucede, solo puedo ver el momento en que uno de los cazadores, aunque diferente a los demás, logra acercarse a mi y entonces… me levanto agitada, asustada, llorando y temblando. Justo como ahora, aunque eso implique un sueño diferente.

​Mi temblor, mi enojo e incluso mi odio es porque no puedo hacer nada, porque me da miedo que lleguen a mis seres queridos. Aunque mi cuerpo me pide defenderlos, no puedo moverme… solo soy una espectadora en medio de la masacre.

​Sacudo mi cabeza para olvidar el recuerdo e intentando dejar el sueño de lado me levanto y suspiro fuertemente mientras camino lentamente al baño y, después de haberme quitado toda la ropa, por fin entro debajo de la regadera. El agua se lleva el sudor de mi cuerpo, y con el, los malos recuerdos me mis pesadillas.

​Últimamente he tenido que bañarme hasta 3 veces al día con agua fría, es como si mi temperatura corporal hubiese aumentado y tuviera calentura todo el tiempo pero supongo que… es debido a mi cuerpo.

​Si se están preguntando a que me refiero es a que soy de las que pertenecemos al grupo de las albóndigas, las gordas, las deformes, las ballenas, etc. Por lo mismo todos los días «la gran y respetada» Universidad Lee se vuelve un infierno.

Suspiro ruidosamente «Estúpido mundo con sus estúpidos estereotipos y sus estúpidas reglas y estúpidas personas que estúpidamente hacen caso.»

​Salgo del baño y seco el resto de agua que hay en mi cuerpo, me visto con un pantalón strech azul, una camisa a cuadros y por último me hago una trenza de lado para después bajar a desayunar.

​Les cuento, mi casa es de dos pisos, en la parte de abajo esta la sala, la cocina, un baño, un cuarto para huésped y la oficina de mi madre. En la parte de arriba esta mi habitación una… digamos mini bodega y del lado contrario de estos está el cuarto de mi madre y el pequeño salón de música. La casa por fuera está pintada en tonos azules y por dentro la pared de la sala es color hueso y la cocina en tonos naranjas y amarillos, ya me encargare de cambiar los colores… O quizás lo deje así, no lo sé.

​Mi cuarto es multicolor la pared va desde un azul claro hasta un azul nocturno, los marcos, mi cama, otros accesorios y muebles son de distintos colores. En serio, si entraras en ella creerías que un unicornio a pasado por el lugar y a vomitado todo lo que había en su interior.

​La ciudad en donde vivimos es South Cleveland, la universidad está situada en la ciudad a un costado de nosotros osea, en Cleveland; en mi casa solo vivimos mi madre y yo, mi padre no se en donde rayos está y no me interesa. Estoy segura que fue tan poco hombre como otros al no aceptar su responsabilidad y huyó.

No hablo de él con mi madre porque las veces que lo he intentado ella cambia el tema, y las pocas veces que lo ha hecho es solo para decir cosas buenas de él y eso no lo creo. Muchas veces todavía la escucho llorar, es más que seguro que él vive solo que no nos quiere cerca.

​Termino de desayunar mientras miro a mi madre preparar huevos fritos con tocino y meterlo a dos loncheras, bebo un vaso con jugo de naranja, mientras la observó suspirar, sé que ella come bien pero algo no cuadra —Má —ella me mira —¿para quién es el almuerzo? —se tensa mientras que entre cierro los ojos.

​—Eso a usted no le incumbe señorita —abro mi boca indignada por tal respuesta, pero antes de siquiera pensar en la que le diré ella vuelve a hablar —y apúrese que se le va a hacer tarde —dejo los trastes en el lavadero y salgo a la puerta a esperar a mi madre frente a su auto.

​—»Algo oculta» —respingo en mi lugar cuando escucho esa voz en mi cabeza que me ha estado fastidiando durante casi una semana pero, aunque suene loco sé que tiene razón. La verdad es que casi me vuelvo loca la primera vez que la escuché pensando que era un fantasma, pero ya me he acostumbrado… más o menos.

​—Ya está, vamos pequeña —ella me tuvo a sus 16 años, por lo cual sigue siendo joven, tanto que hasta parece mi hermana y no mi madre. Muchas veces pienso que si no me hubiese tenido ella estaría mejor ahora aunque nunca me ha dicho ni insinuado eso, al contrario, pasa conmigo todo el tiempo que puede, pero no puedo evitar pensar de esa manera. Fui y soy un estorbo.

​Nos subimos al auto y maneja hasta llegar a la universidad. —¡Hoy será un gran día cariño ya verás! —me mira sonriente.

​Mi madre nunca ha sabido el infierno que paso en la escuela. —Eso espero —y quiero que siga sin saberlo.

​Ella frunce el ceño al escuchar mi respuesta y trato de sonreír para despistarla lo cual funciona, ella sonríe nuevamente y se despide de mi. Veo el coche alejarse y es entonces que respiro hondo y suelto el aire lentamente —Hoy será diferente, —sonrío queriéndome dar ánimos —hoy será un buen día.

Cuán equivocada estaba…



Capítulo 2


[…]

Entro corriendo a mi casa azotando la puerta —¡Mary, Mary! —ignoro a mi madre mientras sube detrás de mí alarmada por como he regresado a casa.

​Llego a mi cuarto y pongo el seguro antes que ella logre alcanzarme —¡Mary, abre la puerta cariño! ¡Hija por favor dime ¿qué te pasa?! ¿¡Que te hicieron mi niña!? —pregunta desesperada golpeando una y otra vez la puerta y hasta que detiene, pasan 3 segundos en silencio y vuelve a hablar. —¿Mary? —»la he hecho llorar» me maldigo «Estúpida, estúpida, ¡estúpida!» respiro hondo antes de contestar para tranquilizarla un poco o al menos para intentarlo.

—Déjame sola un momento mamá, por favor… De verdad, quiero estar sola — consigo decir con voz quebrada, espero su respuesta pero nunca llega, con lo cual di por sentado que ha bajado de nuevo a la sala. Lloro y me desahogo para no seguir sufriendo pero siento que no es suficiente. —»quisiera desaparecer… seria mejor si estuviera muerta» —en ese sentido doy gracias a que tengo mi propia habitación.

—»No digas eso, eres muy importante para este planeta, sin ti… nada sería hermoso y divertido»

​La ignoro y me encierro en mi burbuja, este lugar es mi fortaleza. El techo está pintado de azul cielo y en el he puesto estrellas, cometas y una gran y hermosa luna que en conjunto se iluminan apenas apago la luz. Me encanta observar al gran astro porque por alguna razón que desconozco me tranquiliza el mirarla.

​Me levanto de a un lado de la puerta y camino al baño, me meto a la bañera con todo y ropa y dejo que el agua se lleve lo que se supone que sea lo que me han tirado encima. Poco a poco la voy retirando hasta que quedo completamente desnuda y termino de bañarme, al finalizar me pongo ropa cómoda para después acomodarme en la cama.

​—»¿Te sientes un poco mejor?» —Habla la voz de mi conciencia, o al menos digo yo que eso es.

​—Si —Sorbo mi nariz mientras la escucho suspirar

​—»¿Hay algo que pueda yo hacer?» —pienso y al final escupo.

​—¿Puedes hacerlos sufrir? —Ella se queda callada unos segundos —lo siento no debí…

—»Si puedo —me interrumpe con voz sombría —pero quizás no te guste lo que haga» —Por un momento la imagino como una persona o una versión de mi un poco sádica y con una sonrisa cruel así que sacudo mi cabeza para sacar esa imagen de mi.

​Llega la hora de la cena y después de un largo rato chillando nuevamente porque al parecer no fue suficiente lo que dejé en la bañera, bajo por las escaleras y me dirijo a la cocina y estoy a punto de entrar cuando escucho a mi madre hablar por teléfono, está enojada y sé que es de mí de quién habla al escuchar sus palabras.

​—Si Víctor y está sufriendo y me enoja no poder hacer nada porque no quiere contármelo, si tan solo pudiera… ¿De verdad? — Ella suspira —muchas gracias. Por cierto, debemos a organizar lo de la cena ¿ok? Ya es hora.

​—¿Quién es Víctor? —mi voz la asusta y da un pequeño grito, quien esté del otro lado del teléfono se preocupa y lo sé por la respuesta de mi madre.

​—Sí, estoy bien. Ella… ella está aquí… No, yo no la escuché… sí, se esta volviendo más sensible a su entorno, claro… ¿hablamos luego?… Ok, fin de semana, ¿en dónde?… ¿Estás seguro?… Ok… — suspira enamorada —yo también Víctor. —y por fin cuelga.

​—»¡Wow! Va enserio tu madre ¿he? — Frunzo el seño y me siento un poco irritada por enterarme de estas cosas de esta manera—¿porque no había dicho nada?»

​Sí, eso mismo me pregunto yo, aun así me alegro de que encontrara a alguien que la quiera. Ella se gira y me encuentra con las manos en la cadera y mirándola mientras entrecierro mis ojos.

​—No has respondido madre —me mira nerviosa y por unos segundos cierra sus ojos y suspira, la tensión en su cuerpo desaparece. Me invita a pasar al comedor donde la cena ya está servida y enterada por parte de la chismosa de la vecina de lo sucedido trata de darme ánimo, ¿cómo? Haciendo que le cuente todo lo que sucedió paso a paso. «Esto no me dará ánimos para nada.»

​Le cuento que al final de las clases como todos los días me dirigí a la parada del bus pero Félix, un chavo que creí era de lo más lindo me detuvo antes de llegar a mí destino y me dijo que quería hablar conmigo y que si le regalaba un poco de tiempo, me tomo de la mano y me llevó de regreso a la escuela.

​En mi cabeza y en mi cuerpo se encendió una alarma y escuche esa voz que me decía que no era nada bueno y que me alejara, de hecho era la voz de mi conciencia, ya saben… la voz de mi cabeza. Pero mi corazón tuvo una pequeña esperanza de que todo iba a ir bien así que solo me dejé llevar, que gran error.

​Casi en la entrada de esta hizo lo que jamás en mi vida pensé que harían, se me declaro y en el momento que iba a decir que sí sentí el agua fría sobre mí, o al menos eso creí en esos momentos y escuche como todos se reían, sobre todo Félix quien no tardó en hablar.

—¿¡En serio creíste que me enamoraría de alguien como tú!? ¿¡Alguien ENORMEMENTE fea!?

​No me pude defender, yo literalmente estaba paralizada, sus ojos me decían lo siento, mientras sus gestos se burlaban de mi. Y siguió así por 2 o 3 segundos más hasta que la voz de Jennifer, la abeja reina del plantel, me sacó de mi congelamiento.

​—Esto es para que veas que alguien como tu jamás lograra nada por gorda.

​Era obvio que lloraría pero no lo haría frente a ellos, me rehusaba a hacerlo, y justo antes de huir avergonzada y horrorizada patee las bolas de Félix para después salir corriendo, la verdad es que se sintió bien hacer eso.

​Mi madre llora y me riñe preguntándome que por qué no le había dicho nada. Que por qué todo me lo guardo y yo simplemente me quedo callada al no saber que responderle.

​Terminamos de cenar y tratando de olvidar lo sucedido lavo los trastes junto con ella y nos sentamos a ver un rato la televisión y es entonces que recuerdo que hablaba con alguien, pero ¿con quién?

​—Mamá —

​—¿Mmm? —dijo volteándose a verme.

​—¿Quién es Víctor? —su cuerpo se vuelve a tensar al escuchar mi pregunta pero así como se tensa se relaja.

​—Es alguien que te ha querido conocer desde hace mucho.

​—¿Desde hace cuánto que estás con Él?

​—Promete que me vas a escuchar hasta que termine y mantendrás una mente abierta.

​—»¿Crees que sea buena idea?» —pregunto a mi conciencia.

—»Escuchemos lo que ella tiene que decir… aunque creo saber de quién se trata»

​Miro a mi madre detenidamente y asiento, suspira nuevamente y empieza a hablar, me relata que cuando ella era más joven conoció a un chico de una extraña manera.

​—¿Recuerdas que te dije que tuve que huir de casa? —asiento —Sabes que soy hija del abuelo Mayer’s pero no de sangre y aun así el me cuidó y crió como suya, el problema es que tenía malos tratos con personas muy peligrosas. Un día llegaron a buscarlo pero solo mi madre y yo estábamos —guarda silencio, sé que es difícil para ella hablar de su madre —Antes de enfrentarse a ellos mi madre me sacó a escondidas de la casa, me dijo que huyera y buscara a sus familiares. Ahora entiendo que ella sabía que si las dos huíamos nos atraparían y matarían.

​>> Es así como acabé en el bosque, habían pasado 3 días de eso, estaba desesperada y por mi falta de orientación acabe perdida en el lugar. Caminé y caminé hasta llegar a un lago, todo estuvo bien por un momento hasta empecé a armar un pequeño campamento, recuerdo que en la mochila había lo necesario para estar fuera varios días.

​Me cuenta que se alejó un poco para buscar ramas y hojas secas para tener cuando oscureciera, pero cuando se dio cuenta era atacada por una nutria gigante. Estaba segura de que moriría y de que sufriría antes de estarlo pero, justo cuando la nutría estaba por asesinarla una daga atravesó las garras de este.

​Un chico de cabello azabache y ojos tan oscuros como la noche salto desde lo alto de una rama cayendo justo detrás del animal. Este se giró hacia el chico e intentó atacarlo pero nunca tuvo oportunidad.

​>> Yo quería escapar, sabía que ese chico era peligroso y que podría matarme así como lo hacía con la nutría pero mi corazón decía que él también me protegía. La verdad es que él era mi compañero y la misma impresión de esto me dejo más quieta que una piedra. Al final extermino al maldito, jamás volvería a atacar a otra mujer. Víctor, su nombre es Víctor, él se acercó a mí —sonríe —recuerdo que estaba temblando al no saber que esperar de él pero se acercó tan lentamente a mi temiendo que huyera, acarició mi rostro tan dulcemente y sus palabras terminaron sellando mi destino. «Yo cuidaré de ti pequeña»

​Él muy desgraciado chico de 20 años se la llevó, la cuidó, la curó y un tiempo después de conocerse… madre se embarazó de mí, me dijo que estábamos en peligro ya que la sede a la cual pertenece mi padre prohibía todo contacto con seres como nosotros.

​Cuando se enteraron de ella, mi padre nos ayudó a huir estando a unos días para nacer y desde entonces cartas, llamadas o mensajes es lo que había recibido de mi padre hasta hace 4 años y desde entonces se han visto cuando pueden. Luego su rostro se tornó serio, diría que hasta sombrío.

>> Este mundo es muy grande Marina y en el existen criaturas y animales que jamás has visto o conocido. —la observo unos segundos antes de hablar.

​—Dijiste algo acerca de que la nutría jamás volvería a atacar a otra mujer y algo sobre una cede y de que somos algo, ¿a qué te refieres?

Ella suspira y me mira preguntándose si decirme o no pero a los segundos habla.

—Tu padre es… es un cazador Marina la sede de la que te hable se dedica a cazar criaturas que para los normales son de cuento o fantasía.

​—¿Por ejemplo? —suspira.

​—La nutria de la que te hablé no era una nutría normal querida, era un hombre nutria —»no es cierto» —de no ser por tu padre estaría muerta. De hecho, él tenía que matarme a mí también pero nuestra conexión fue más fuerte que él deber. —»has perdido la razón madre» —En cuanto a lo que somos… Te lo contaré en otra ocasión. Lo que sí te puedo decir es que tu padre está ansioso de hablar contigo por primera vez.

​»Genial, y encima de todo ahora quiere conocerme.» Escucho a mi conciencia reír mientras mi madre me mira impaciente y espera una respuesta la cual no tarda en llegar.

​—ok… no me esperaba esto —ella suspira porque al parecer piensa que me creo el disparate que me ha dicho. —¿De verdad piensas que me voy a tragar lo de que es un cazador de criaturas fantásticas y que en verdad existen? ¿¡Entonces que soy, un monstruo!? —mi voz se empieza a elevar y ella a ponerse pálida .

​>>¿¡Cómo es posible que le creas que después de tanto tiempo que no se ha presentado en nuestras vidas tú vengas y lo perdones como si nada!? —su rostro se pone serio, sé que se está enojando pero aun así continúo, no puedo dejar que se pierda —No seas ingenua madre, ese tipo quiere engañarte otra vez y tú estás cayendo directo en la trampa.

​Ella se levanta molesta, no, ella no está molesta… está furiosa, sus ojos adquieren una tonalidad dorada en el relieve de su iris y tengo que parpadear varias veces para ver si en realidad está pasando. Me apunta antes de hablar y no tuvo la necesidad de levantar la voz pues con que hablara en ese tono cargado de advertencia bastó para hacerme temblar.

​—No quiero que te refieras a Víctor de esa manera, el me salvó, me cuidó y volvió a salvarme. Yo fui testigo de cómo asesinó a su compañero para que pudiéramos escapar por el túnel de emergencia que teníamos en aquella vieja casa cuando se enteraron de mí —eso no lo sabía.

>>Soy yo quien pasó por eso, no tú. Y para que lo sepas —respiró profundo antes de continuar tranquilamente —aunque él estuviese lejos nos cuidaba, siempre me decía si había algún movimiento y yo basaba el de nosotros en ellos. Él siempre te ha estado cuidando a lo lejos para que estés a salvó de nuestro mundo y sobre todo de seres como el, de cazadores, por qué hijos como tú, que son una mezcla de razas, son exterminados al ser para ellos una aberración ¿entiendes? —en otras palabras, estamos en peligro de muerte, aunque eso de ser una aberración ya lo sabía —Tu padre nunca nos dejó.

Aun no podía creer lo que escuchan mis oídos, todo este tiempo pensando lo peor de Víctor y el jamás se ha alejado, pero y lo demás, ¿será verdad? La miro arrepentida para luego enojarme nuevamente.

​—Entonces… ¿han pasado 19 años y no ha sido capaz de presentarse ante mi? —ella sonríe dulcemente olvidando su enfado.

​—Lo ha hecho, solo que tú no te has dado cuenta ¿Recuerdas tus 15 años? —asiento y ella señala la delgada cadena de oro en mi cuello —la cadenita que llevas es un presente de tu padre. Él fue quien te la dejó en tu escritorio junto con la nota.

​Inconscientemente la tomo en mi mano mientras recuerdo ese día, jamás me la quito de encima porque desde un principio sentí que este regalo era diferente, que era especial y ahora entiendo el por qué. Cierro los ojos fuertemente tratando de aguantar los diversos sentimientos que me embargan y sobre todo las lágrimas que amenazan con salir.

​—Ahora entiendo por qué decía para mi princesa, tu nunca me habías dicho así —doy un pequeño sollozo —cuando lo vea lo golpearé, eso no se le hace a una hija. —Frunzo el ceño al recordar —Pero entonces, ¿por qué llorabas al ver las cartas?

​—Porque recuerdo a mi madre y todo lo que he pasado, además algunas son de las misiones de tu padre. Recuerda que es quien nos avisa si debemos movernos o no y cabe decir que lo han herido en 3 ocasiones y eso me mantiene preocupada y aterrada.

​—Oh…. —ella asiente mientras yo miro el reloj de pared y veo que ya es tarde, mañana será un infierno aún más grande. Suspiro cansada y me disculpo con ella. Vemos juntas la televisión un rato mientras me platica de su vida, me siento peor ahora que se cuánto pasó mi madre pero aun así sigo sin creer que soy un ser sobrenatural. La pregunta es, ¿qué tipo de ser soy? Suspiro nuevamente para no pensar más, creo que lo mejor será que hable con ella después, por ahora ya fue demasiada información para mi cabeza.

​Después de un rato me despido de mi madre y subo a mi cuarto para hacer lo que siempre hago para poder desahogarme, sé que está mal y que no gano nada con eso, pero aun así saco un pequeño filo que guardo entre mis libros y… disfrutando el dolor de cada corte por encima de la piel, termino estúpidamente haciendo un mosaico en mi antebrazo, maldigo mi cobardía y gruño enojada y frustrada conmigo misma.

​>> Ya no más… —mi corazón siente alivio al decir las palabras —no dejaré que nadie me vuelva a lastimar —lanzo enojada el filo a la basura —ni siquiera yo.


Capítulo 3

Hoy es lunes y me encuentro sentada en mi cama tratando de calmar mi ritmo cardíaco, me he levantado más temprano que de costumbre y no fue una pesadilla lo que me levantó… bueno… más o menos, en realidad, es porque a mi madre se le ha ocurrido la maravillosa idea de pegarme un susto de broma para despertarme según ella alegremente, ¿cómo la ven?

​Así que, después de lograr calmarme me levanto con toda la pereza del mundo para tomar una ducha, esto de despertar sudada no me gusta nada, doy gracias a que tolero el agua fría.

​Después de tomarme el dicho baño me visto y bajo a la cocina y mientras lo hago pienso en que extrañamente el viernes pasado mi madre me dijo que no fuera a la universidad y que descansara, de hecho si mal no recuerdo ese día llegó un poco tarde y la verdad lo agradecí mucho, ¿por qué? Fácil.

​1.- Al no ir a la universidad no escuché burlas ni sentí las miradas de lastima en mi y

​2.- Al estar sola en la casa me sentí relajada, aunque también pude desahogarme sin que mi madre se preocupara por mí.

​Era obvio que ya todo el mundo sabía lo que había pasado porque me llego el maldito vídeo donde quedé inmortalizada, aunque también quedó grabado el momento en que golpeé las bolas de Félix así que… no fue tan malo.

Incluso me llegue a sentir contenta aunque sea por unas horas pues, una hora después de que me llegara el vídeo me llegó un mensaje de un número desconocido «Esa es mi princesa» decía el mensaje, en un principio me sorprendí, luego me enoje y por último me alegré hasta llorar. Era la primera vez que Víctor me escribía. Maldito

El Sábado en la mañana mamá estaba más alegre que de costumbre. Ella es abogada por lo cual asigné su felicidad a que había ganado algún caso, puesto que, como dije antes, llegó tarde el viernes.

​Aunque quizás debí preguntarle ya que también pudo haber sido por Víctor y de hecho así fue, ese mismo día en la noche mientras me bañaba, tuve una sensación de peligro, no sé como pero mi cuerpo me avisaba que eso era así y después de salir del baño aun con espuma en el cabello me puse lo primero a la vista y rápidamente bajé a la sala buscando a mi madre. Por alguna razón mi instinto me decía que debía sacarla de allí, que debía salvarla.

​Grande fue mi sorpresa encontrarla entre los brazos de un hombre mientras se besaban, yo literalmente me quede como piedra mientras ellos se tragaban entre besos y cuando mi madre por fin reparó en mi, se sonrojó en gran manera.

El sujeto en cuestión se dio cuenta de la reacción de mi madre por lo cual siguió su mirada hasta llegar a mi, me miró detenidamente hasta que sonrió, sus ojos brillaban con mucha calidez reflejando todo el amor y el cariño que creo yo puede enseñarle un padre a su hija.

​En cuanto a mi… la verdad es que me impresionó lo alto que era y antes de que pudiese decir nada mi madre dijo «Mary él es Víctor, tu padre» Lo miré y estudié mientras una rabia me invadía mezclada con alegría y tristeza, mis ojos no tardaron en desbordarse en lágrimas lo cual lo preocupó y lentamente como si tratara de no asustar a un animal herido se acercó hasta llegar a mi y entonces… lo golpeé en el estómago.

​Ese golpe le sacó el aire e hizo que se encogiera lo suficiente para que su rostro quedara frente al mío y sin más lo abrace y lloré, lloré, lloré como nunca antes lo había hecho. Lloré como la pequeña niña que había perdido algo valioso y por fin lo había recuperado.

​Él también me abrazó, beso mi cabeza y lloro conmigo, después me hizo reír cuando dijo que me parecía mucho a mi madre, quien lo había recibido de la misma manera que yo la primera vez que se reencontraron.

Esa noche entendí muchas cosas pero aun continuaron sin decirme que era yo pero no insistí, sé que luego me lo dirán. También acepté el hecho de que no pueda estar mucho con nosotras, el dijo «no puedo dejar que les pase algo, me moriría… claro, después de haber asesinado al cabrón y a su prole.» Mi madre suspiro enamorada mientras que en mi cabeza yo decía que le faltaba un tornillo.

​En fin, regresando al día de hoy y después de haberme bañado, maquillado, vestido bien y estar comiendo unos minutos tranquilamente mi madre habla.

​—¡Mary apresúrate que si no vas a llegar tarde! —Asustada miro el reloj y entonces el susto es opacado por el enojo.

​—¡Má! ¡Aún son las 6 de la mañana falta 2 horas! —Ella ríe un poco antes de hablar.

​—Tu calladita y observa que tu madre sabe lo que hace. —me guiña un ojo haciéndome resoplar y termino a las prisas. Al final corro para alcanzarla en la puerta.

​Subimos al auto de mama, un viejo y hermoso Cadillac pero en muy buen estado, sus asientos mantienen la piel intacta, el tablero al cien pero lo único que le fallan son los cinturones, algo que me inquieta mucho debo decir.

​Luego que arranca empezamos el viaje y me entra la idea de que mi mamá irá a hablar con el director sobre lo que pasó y entonces me pongo nerviosa porque sé que se armará un revoltijo y que al final de cuentas será peor… no para ella, si no para mí.

​Llega al cruce y se que tiene que girar hacia la izquierda pero no lo hace, en lugar de eso pasa de largo por lo cual le advierto pero su respuesta me extraña aún más.

—Lo sé querida pero sé lo que hago —me mira de reojo —¿solo espera si?

​Asiento sin responder y giro mi rostro hacia la ventana para después reposar mi cabeza en ella. Creo que es posible que mi madre me lleve a pasear para olvidarme un rato del infierno que tengo como escuela ya que agarra la 60 y luego la 70 para viajar por carretera hasta llegar a Dalton.

​—Ma? —ella me responde con el clásico «¿mmm?» —¿Qué hacemos en Dalton? —ella sonríe mientras se le ilumina el rostro.

—Espera un poco más mi niña. —sonrío al escucharla ya que hace mucho que no me llama así.

A los 10 minutos de llegar a la ciudad y transitar por las calles toma un nuevo libramiento y poco a poco el camino de asfalto desaparece y un camino de tierra se abre paso. A cada lado de este empiezan a aparecer grandes árboles dando el aspecto de que fuesen guardianes de algún secreto.

​El Cadillac sigue su recorrido unos minutos más y por fin puedo ver que al final del camino, hay una Universidad, esta está un poco más retirada de casa pero junto al hermoso bosque. —»Son tan grandes» —dice emocionada la voz en mi cabeza recordando a los enormes y altos árboles junto a nosotros a lo cual yo solo asiento.

Mi madre me comenta que no solo es una Universidad puesto que este lugar es también una preparatoria lo cual me deja con la boca abierta, este lugar es más grande de lo que pienso, ella me dice que tengo que pasar con el director Williams para recoger mis libros y mi horario. Y… también me advierte de los árboles.

​—Ni se te ocurra subir a los árboles, estos están más altos que el anterior y no quiero que te vuelvas a caer —la miro haciendo ojitos de perro y con puchero —mmm —me rueda los ojos y por un momento pienso que haber logrado persuadirla pero no —no me compras con eso señorita —río ante su reacción pero sigo con la duda del por qué me ha traído hasta aquí y sin hacerle la pregunta ella contesta —Bueno querida, a partir de hoy está será tu nueva escuela.

​—¡Mi que!? —La miro asustada

​—Tranquila, mira esto como un nuevo comienzo hija, una nueva oportunidad, no te preocupes por lo que pasó ¿sí? Todo va a estar bien pequeña de eso se encarga mamá, —me dice al ver mi reacción —anda sal que yo también voy a llegar tarde —salgo del coche nerviosa —y Mary… —la miro —cuídate mi niña y recuerda… un nuevo comienzo, no dejes que nadie te lastime ni te dejes intimidar sin primero dar batalla. Por cierto, todo esto… es cortesía de papá —Y con esas palabras se despide dejándome con un lío en la cabeza y un gran dolor en el estómago.

—»¿Qué otras cosas habrá hecho Víctor y nosotras ni en cuenta?» —Levanto mis hombros y los dejo caer demostrando así que no se la respuesta a lo cual me gano un bufido de parte de mi conciencia.

​Antes de llegar a la entrada reviso que mi ropa esté en su lugar, las mangas hasta mis muñecas, siempre uso mangas largas por mis cortes… Esperen, no piensen mal, palabra que esta vez no son los cortes habituales, hice una promesa el jueves y no me he lastimado, cuesta trabajo pero lo estoy haciendo, 1 día a la vez.

​Los cortes que tengo son de un «rescate» gatuno, tengo algunos cortes de ayer un poco lastimados… en fin los gatos pueden ser malos… aun no entiendo porque me odian. Me he bañado bien pero aun así algunos de los rasguños siguen sangrando… el desgraciado me arañó con saña.

​—»Ok, mamá dijo un nuevo comienzo, ahora debo ser la chica orgullosa que tanto quería ser» —Al entrar paso desapercibida como siempre —»Bien, empezamos bien. Mientras menos nos vean mejor»

—»Tranquila, todo estará bien» —pero con forme voy entrando, más y más alumnos se giran a verme, voy erguida y me recuerdo a mí misma que no debo acobardarme.

​Siento y escucho las típicas burlas pero no bajo la mirada. ¡Aguanto señores! ¡Macha pecho mediano que se respeta! Dije que no volvería a mostrarme indefensa ante nadie y si eso significaba que debo ser una perra entonces lo seré.

​—»Ni te imaginas» —susurra mi conciencia, la cual estoy empezando a sospechar que no es así, se que se siente nerviosa y eso me preocupa por que, ¿cómo es posible que sienta y sepa que este sentimiento no es mío? Sí, eso es lo que me preocupa. Cuando llego al pasillo de la dirección siento una inmensa alegría y no sé qué lo provoca así que intento ignorarla, sin darme cuenta camino un poco más rápido hasta dónde se encuentra la secretaria y esta no me deja entrar pues al parecer hay otro alumno dentro.

​Respiro hondo para calmar la ansiedad que me había embargado y me tranquilizo al oler el delicioso aroma que aun sigue en el aire, respiro nuevamente —»Que extraño… Huele a… manzana y canela… mmm y tanto que me encanta ese olor y viene… —miro a todos lados un poco desesperada creo yo, hasta que me doy cuenta que el olor se siente más fuerte en la oficina del director. ¿Cómo lo sé? No me pregunten, en estos tres días mi cuerpo a estado más extraño de lo normal así que mejor me quedo callada —viene de ahí dentro ¿Estarán desayunando?»

​—»¡Niña tonta esto no es bueno, vayámonos de aquí! ¡Aún no es tiempo!»

Hago caso omiso de sus palabras y decido esperar. Pasando ya 15 largos minutos me empiezo a impacientar y desesperada empiezo a caminar de un lado a otro y es entonces que me doy cuenta que la secretaria no está, sonrió como el grinch y aprovecho a que la secretaria me ha dejado completamente solita para acercarme a la oficina del director y justo en el momento que voy a tocar la puerta… esta se abre.



Capítulo 4


—»¡OH POR LUNA!» —Es lo primero que escucho decir a mi conciencia aun estando escondida. El fuerte olor me llega de golpe seguido de un chico mucho muy pero ¡muy! caliente. El al parecer se ve aburrido hasta que me ve y su expresión cambió.

Respiro nuevamente y me altero al comprender que de él proviene el olor. ​—»¡O mi dios, un chico con olor a manzana y canela! ¡Me lo como! Digo ¡Me desmayo!» —Juro que por un momento pensé en arrojarme a sus brazos, pero logré detenerme a tiempo, apreté mis piernas, mis manos, incluso creo que todo mi cuerpo estaba casi tan tenso como el suyo, si… me di cuenta de eso también.

​—»Ay no… Ay no, esto es malo, mucho muy malo.»

​¿Pero qué está mal en él? ¡Díganme! El chico es un super modelo, imagínenselo compañeras, cabello negro azabache, ojos de un extraño azul pero hermoso, diría incluso que son lentes de contacto pero… quien sabe, nariz perfilada y labios muy besables y eso sin contar la barba al ras que se trae, bueno, según por lo que vi de reojo. Ya que se ha girado apenas salió para mirar al director, es fornido pero no exageradamente musculoso y tan…tan.

—»¡Alto! No vayas por ahí chica ¡¡Reacciona Mary antes de que se dé cuenta que te lo comes con la mirada, que tu cuerpo se ha puesto raro y se burle, perra Mary, perra!!»

—»¡Oye!» — sonrío ante su indignación.

​Doy unos pasos atrás para permitirle el paso, «su cercanía me pone de nervios» y escucho al director —Lo digo en serio Sr. Beaumont si no entrega sus trabajos reprobará el semestre —y con esto da un portazo y se queda ahí mirando la puerta como si estuviese pensando en la inmortalidad del cangrejo, incluso se a relajado un poco aunque su respiración es agitada y aunque tenga una buena mirada de su hermosa parte trasera no puedo quedarme aquí para siempre así que…

​>> «Está molesto…no que sea buena idea molestarlo más»

​—»Ese no es mi problema, se me hace tarde y tengo que entrar» Con permiso —veo cada uno de sus hermosos músculos tensarse nuevamente «mmm quisiera tocarlos» gira hacia mi, sus ojos sí son de un azul extraño pero no le quitan lo hermosos que son, me miran fría e intensamente como si quisiera golpearme o algo peor —disculpa, en verdad necesito pasar.

​Empieza a erguirse cuan alto es tratando de intimidarme creo yo y lo consigue, pero solo un poco, por otro lado mi cuerpo empieza a sentir extrañamente caliente así que finjo no hacerle más caso y solo paso a su lado tratando de no tocarlo pero no funciona, sin quererlo mi gran trasero lo roza y lo escucho respirar fuerte pero aun así no se mueve, ni yo tampoco la verdad, y es que mi cuerpo esta reaccionando de manera extraña y eso me enoja más. «¡Hijo de su madre! ¿¡Por qué no se quita!?» >>O… oye chico, d… de verdad ¿si me das permiso?

​Y entonces como si saliera de un trance se aleja de mi pero no se va, al contrario, se queda ahí parado con las manos fuertemente apretadas observándome todo el tiempo. Sin más aprovecho que este se ha retirado un poco y rápidamente entro y cierro la puerta. ¡Si señores en su cara!

​Claro, debido a que su mirada de odio cambió a otra que no se explicar mis piernas se hicieron gelatina, mi cuerpo tiembla y suda de los nervios peor que un cerdo pero aguanté y eso es lo que cuenta ¿verdad?… ¿¡Verdad!?

​(….)

​Recojo mi horario y el director me da la bienvenida por fin a Dalton State College y bla bla bla hasta que por fin me libera y puedo ir a la siguiente clase pues he perdido la primera —»¿Qué le tocará al chico de ojos azules?» ¡Alto! —digo con voz fuerte y me detengo —¿Por qué rayos estoy pensando en el?

​La risa de mi conciencia solo me enoja más así que solo sacudo mi cabeza y bufo para después seguir buscando el salón hasta que lo encuentro. Entro y para mi sorpresa ya están casi todos ahí o al menos eso creo así que el maestro aprovecha para presentarme mientras yo solo miro hacia el frente porque sabía que todos me miraban y no soporto eso… me incomoda la verdad, pero hay algo extraño. Respiro lentamente tratando de calmarme.

​—Señorita Bécquer… —pero lo puedo sentir, vuelvo a inhalar lentamente y logro calmarme un poco —¡Señorita Bécquer! —le miro extrañada —se sentará junto al Sr. Beaumont. —Una punzada en mi cabeza me hace cerrar los ojos y llevarme una mano a mi sien, respiro hondo y entonces reacciono quitando la mano de mi rostro, por fin reconozco el olor… y el apellido, miro hacia a donde apunta su dedo y es entonces que mis ojos encuentran al hermoso chico de hace una hora.

​—»O rayos, ahí está el hot boy»

​—»Beaumont conciencia estúpida… así se apellida» —no me mira lo cual agradezco pero, por alguna razón que no quiero indagar, me hace sentir desilusionada.

​Sus ojos están cerrados mientras yo los tengo bien abiertos, su rostro esta semi agachado como… como si algo le doliera y por un momento me siento frustrada y con unas ganas muy fuertes de abrazarlo y consolarlo pero logro frenarme cuando doy el primer paso.

Camino hasta mi asiento y al llegar encuentro un bolso escolar, veo que al chico de enfrente, tiene el suyo, así que solo quedaba alguien. Lo tomo y extiendo mi brazo para que lo agarre.

​—Oye —pero él ni me mira ni me contesta, en cambio algunos dan un respingo, otros un jadeo de sorpresa y una que otra gruñe molesta «Genial, él idiota tiene club de admiradoras y por otro lado este se hace el que no escucha» no me gusta el sentimiento de celos, lo reconozco y no es bueno.

​—»Creo que no deberías molestarlo»

​—»¡Me vale madres!»

—»Eres muy grosera ¿Sabes?»

​—»Culpa a mi madre y a su sangre latina» Beaumont, toma tu bolso por favor —La sostengo unos segundos más hasta que me mira y luego al objeto en mi mano, veo lentamente como su rostro pasa de fastidio a uno de odio puro y me la arrebata y asienta nuevamente en el escritorio de mi asiento ​—»¡Pero qué Rayos» ​—No importa lo delicioso que huela ni que tan hermoso sea ​—»¡Perra Mode On Mary! ¡Perra!»

​—¡»Ya gruñiste!» ​—Me apoya mi conciencia, levanto la mochila y lo arrojo al suelo junto a sus pies. Me siento mirando al frente como si nada hubiera pasado mientras todos me dan una mirada de ¿quieres morir verdad? Pero aun así decido no hacerles caso.

​Aún con el rostro un pálido el maestro empieza sus clases y en toda la clase el estúpido Sr. Arrogante Beaumont me mira como si quisiera estrangularme y aunque me gusta y siento cierta diversión que lo haga me giro hacia él y ladrando las palabras le digo.

​>> ¿Qué? —sueno cortante por lo cual me alegro porque por dentro estoy nerviosa, además no puedo dejar que me lastimen, ya no más. En respuesta a mi pregunta él solo bufa y se gira. «¡Ja! Imbécil»

​(…)

​Asombrada, anonadada, impactada, pero sobre todo enojada y fastidiada. Así pase mis demás clases, ¿por qué? Porque el imbécil Sr. Arrogante Beaumont estaba en casi todas ellas y en todas me miraba primero de una forma extraña que me hacía reaccionar de esa misma forma, ya saben, extraña. Pero después, casi al instante debo decir, me miraba como si fuera un bicho asqueroso… pero a la vez como que con un poco de odio, sí, eso creo.

​Aparte porque mi conciencia estuvo dando lata con no hacerlo enojar, que porque se veía un tipo peligroso dado a como lo trataban los demás estudiantes pero como antes dije, Me. Vale. Madres, aunque… no negaré que siento cierta emoción al fastidiarlo.

​Y bueno, de cómo me trató o miró durante este primer día de clases… de eso no lo culpo, digo solo mírenme… en fin, al menos logré pasar este día sin burlas directas, ni golpes, empujones, contusiones etc, etc. Así que a excepción del chico bonito y arrogante, todo estuvo bien

Ya salía de la Universidad para esperar a mi madre pero no pude evitar detenerme al sentir un escalofrío correr por mi espalda, como… como si me estuvieran observando… Como si corriese peligro. Giro un poco y miro tras de mí pero no había nadie mirándome, como siempre era ignorada así que pensé que había sido mi imaginación aunque la sensación desagradable quedo en mi cuerpo aún un tiempo después.

​Al final tuve que caminar a mi casa, bueno no, pero si hasta la parada de autobuses pues mi madre no pudo ir por mí. Aww ¿Qué lindo verdad? ¡Pues no es cierto, no fue nada lindo!

​Bueno… al principio si, pero caminé por casi una hora hasta que la cocinera se apiadó de mi cuando pasaba a un lado del camino y me llevara en su carcacha, pero carcacha o no agradecí mucho la ayuda. Al llegar a casa mi madre y yo conversábamos mientras almorzábamos sobre todo lo que me pasó con él Sr. Arrogante

​—¿Enserio le aventaste el bolso? —Asiento con la cabeza mientras como y ella ríe —pues bien hecho mi niña, que sepan que no pueden pisotearte solo por gusto y sin antes haber dado batalla.

​Después de cenar lavamos los trastes, vimos un poco de tele y tomamos café, por último me despedí de ella dándole las buenas noches y me dirigí a mi habitación a descansar un rato y seguir con mi nuevo yo pero al cerrar mis ojos, apareció quien menos esperaba.



CONTINUARÁ…

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