A la chica del columpio
Mirabas la ahí,
deseando amargamente
con el alma desgarrada,
que por milagro,
te mirase mirándola.
La miraste ahí,
a través de la fría y triste pantalla
y con todo ese conjunto de cosas
que al enamoramiento te empedernecen,
deseaste estar, más que nunca,
junto a ella,
más que nada,
junto a ella.
¡Mamífero animal!
La miraste ahí y deseaste,
cual temerosa criatura esconderte,
como si a tierra echado el pecho,
en el secreto de su desnudez velada.
La miraste ahí para descubrirte
captarte y reconocerte
plenamente enamorado.
OPINIONES Y COMENTARIOS