Introducción

Yo, el hechicero
Maskyro, nacido de las profundidades de la oscuridad, creador de
Pharanexium, te adentrare en mundos fantásticos, bizarros y otros que se
entrelazan con mi mundo llamado en este caso Termak.

En esta historia te
remontaré a los inicios de mi vida y con ello a la creación de
Pharanexium, donde se desglosaran gran cantidad de mundos donde
encontrarás algunas criaturas que desde tu punto de vista podrían darte
pesadillas y otras llenas de ternura y nobleza, también diferentes
anécdotas que te ayudarán entender las relaciones que te encontrarás con
personajes de anteriores escritos.

1. Maskyro el gran hechicero

Todo empezó en mi
planeta natal Termak, mis padres dos hechiceros muy prestigiosos en este
mundo; desde pequeños han tenido habilidades extraordinarias con la
magia cuando sus padres se dieron cuenta de ello, los llevaron a la
misma escuela en ellos se conocieron por primera vez, mientras crecían y
seguían desarrollando sus poderes y conocimientos de la magia llegaron a
luchar en varias guerras con unas criaturas desconocidas. En una de
ellas sus miradas y su alma se fijaron y unieron para siempre, su amor
era tan fuerte que hasta en los peores casos nunca dejaron de quererse.

Los años pasaron y
se logró una paz momentánea, mi padre Morñuk el cual contaba con una
notable habilidad la cual estaba muy desarrollada, un día mientras
dormía soñó que iba a tener un hijo el cual cuando creciera sería el
quien destruiría la paz que se tenía en aquel momento, el despertó
sobresaltado de aquel sueño o premonición y le contó a mi madre Alextra;
que era la más despreocupada calmo a mi padre y lo convenció para
tenerme, y formarme como un gran hechicero.

Cuando nací, ya
tenía un gran potencial con la magia de los elementos y la creación de
algunos objetos inanimados, mientras iba creciendo seguía aprendiendo
diferentes hechizos, con ayuda de mis padres logre rápidamente ser el
primer gran hechicero de mi generación.

Un día cuando
estaba en una misión en un país lejano, me enviaron un mensaje que decía
que habían llegado esas criaturas de nuevo, al saber esta noticia
regresé rápidamente para encontrarme que mi casa fue la única que estaba
destruida, me acerqué a la puerta para entrar en ella; pase por un
pasillo y llegue a la sala, allí encontré colgados en una de las paredes
a mis padres, las facciones de sus caras eran aterradoras donde se
encontraban sus ojos sólo se hallaban sus cuencas vacías y sus bocas
estaban selladas con un hechizo muy extraño, cerca de ellos estaba
escrito con su sangre una frase que decía:

– «Siquieres encontrarnos estamos en el gran bosque alejado de esta ciudad»

Este fue el suceso
más macabro que me cambio la vida, me acerque a mis padres los baje de
la pared y pensé en ir a buscar a aquellas bestias sanguinarias y
acabarlas para siempre. Antes de ir, sepulte a mis padres en el mausoleo
familiar y me dirigí hacia el bosque, camine varios kilómetros por el
sendero que llegaba a aquel lugar a lo lejos se veía una gran casa donde
vivía un gran científico, él creía que las mutaciones favorecerían a la
humanidad.

Aquel científico y
yo éramos muy unidos de la infancia nuestras familias se hablaban mucho,
fue la primera persona con la que hable en la escuela y desde entonces
fuimos grandes amigos y compañeros, así que decidí entrar a su casa para
comentarle lo sucedido.

Ya adentro camine hacia
su habitación, subí las escaleras de la casa; pase por su laboratorio y
seguí hacia el fondo del pasillo en donde se encontraba su pieza sin
percatarme que él estaba convertido en un monstruo, su sombra alargada
me seguía, al acercarse a mí se transformó en un enorme dragón e intento
atacarme, para defenderme le mande un potente hechizo que lo hizo caer y
quedar en un profundo sueño.

Salí de la casa y
seguí caminando hacia el bosque, mientras más me adentraba en él estaban
apareciendo una plantas que nunca había visto en este lugar, al
acercarme a una de ellas empezó a tirar unas esporas de color rojo. Me
sobresalte y retrocedí un poco y vi que a mi alrededor todo el ambiente
estaba de un color rojo, por las esporas de esas plantas me pareció
extraño porque cuando llegue a este lugar del bosque no se veía de ese
color rojo, seguí caminando por aquel interminable lugar de apariencia
escabrosa, toda criatura que veía en ese lugar estaba llena de tumores y
deformaciones, todas ellas muy agresivas.

Estas esporas se
adentraban cada vez más en el bosque y pudrían todo a su paso hasta
llegar a un Castillo lleno de esas plantas que tiraban cada cierto
tiempo sus esporas para cubrir todo el lugar.

Cada vez que me acercaba
al Castillo me sentía vigilado desde los árboles de mí alrededor, que
se estaban derritiendo por el extraño color rojo de las esporas; Desde
los árboles aparecieron unos cuantos tentáculos que intentaban agarrarme
las piernas, uno de ellos salió de repente y me golpeó muy fuerte la
cabeza, quede desmayado en el suelo del bosque.

Cuando desperté
estaba encadenado en el interior de una prisión, me intente mover pero
no podía, mi cuerpo estaba paralizado lo único que podía mover eran mis
ojos, trate de visualizar lo que había a mi alrededor pero la oscuridad
de este lugar era muy fuerte. La única fuente de luz que se encontraba
allí era la del sol que pasaba entre las rendijas de la única ventana
que había en mi prisión, a lo lejos se escuchaban más personas, ya que
se oían sus gritos de desesperación y dolor.

Pasaron unos cuantos
minutos, cuando a lo lejos se logró ver una pequeña luz que avanzaba;
mientras lo hacía se lograban escuchar dos sonidos uno era el golpe de
los barrotes de cada reja y el otro era algo que nunca había escuchado,
parecían gruñidos de alguna bestia.

La luz se venía
acercando a mi reja, ya se lograba ver un poco más del lugar en donde
estaba era un gran pasillo con muchas jaulas de tamaños adecuados para
los prisioneros. No todos los que se encontraban allí eran humanos
habían muchas criaturas mágicas, estaban asustados por la presencia del
extraño ser que todavía no lograba distinguir; seguía avanzando la luz
hasta que llego a la jaula que estaba al lado izquierdo de la mía.

Allí abrió la puerta y
saco al prisionero, era un humano viejo que ya estaba ya muerto, aquel
hombre le faltaban algunas partes de su cuerpo como lo eran sus dedos y
una pierna. Este fue arrojado a un pozo que estaba cerca de la jaula, al
parecer todos teníamos un pozo así supongo que era para tirarnos cuando
nos les seamos de utilidad. Luego la criatura se acercó a mi jaula, así
logre ver lo que era aquella bestia y entendí que estaba en peligro en
ese lugar.

Este ser era parte de
una legión de demonios, un sirviente según lo que leí y me enseñaron mis
padres; estos son protectores de las cárceles y siempre están cerca de
su comandante o su rey, este parecía débil en fuerza, pero fuerte con su
magia demoniaca. Abrió mi jaula y se acercó a mí y dijo:

– Nuestro rey te capturo para robarte tu magia, poder absorberla y destruir este mundo.

Yo le respondí:

– Evitare que pase eso, derrotare a tu rey con todo mi poder.

Aquel sirviente se empezó a reír mientras cerraba mi jaula y se alejaba de aquel lugar.

Mientras tanto yo estaba
realizando un conjuro para poder salir ya que ahora si sabía dónde se
encontraba la cerradura y la puerta de mi jaula, al pronunciar unas
palabras pude abrir mi jaula pero todavía me encontraba encadenado. Con
un poco de metal que se hallaba en el piso logre crear una llave con la
cual pude quitarme las cadenas y salir de mi jaula.

Camine por toda la
prisión liberando a todos losprisioneros que encontraba, cuando estaba a
punto de llegar a la puerta aparecióaquel sirviente demoniaco este
estaba apoyado en una de las paredes que estabancerca del portón. Yo
estaba acompañado de todos los demás prisioneros, porque esa puerta era
la única esperanza para salir de esta prisión. Entonces decidimos usar
todo lo que teníamos como lo era nuestra magia y fuerza. Pero eso no fue
suficiente para poder quitarnos a esa criatura de encima para escapar.

Uno de ellos tenía el
poder de petrificar pero su poder no era suficiente como para detenerlo,
así que pidió ayuda a los otros prisioneros para que se unieran, para
poder petrificarlo para que yo pudiera escapar. Yo les decía que no,
podíamos buscar otra opción para poder escapar todos. Pero ellos ya
estaban preparados para detener a aquella bestia, yo no pude detenerlos
ya que de lo débil que estaba me desmaye.

Al despertar de nuevo no
encontré a nadie en el lugar solo se hallaba una gran estatua encima de
ella había una esfera mágica entonces entendí que ellos me habían
dejado la magia y la vitalidad que les quedaba, así que la absorbí con
un pequeño hechizo y salí de la prisión. Frente a ella se veía una gran
fortaleza hecha de grandes rocas puntiagudas, pegadas a ellas se
observaban más de esos malditos hongos.

Me dirigí a esa
fortaleza para derrotar al rey demonio y frustrar sus planes de destruir
Termak, mientras llegaba estaba ideando un plan para poder ganarle,
pero si ese plan no me funcionaba pensaría en otro el cual estaba
tomando forma a este le llamare plan Pharanexium.

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