Lo que callan los bosques.

Había una vez un gran e imponente árbol en medio de un gran e imponente bosque. Cuando un cazador se acercó a recoger un animal que yacía muerto en una de sus trampas, se topó con este, asombrado por su inmensidad lo observo de arriba abajo, al darse cuenta que estaba infestado por termitas, el cazador le pregunto al árbol.

-¿Por qué dejas que las termitas te devoren? ¿Por qué no te deshaces de esa plaga? Siendo tu tan grande e imponente.

El árbol no respondió, el cazador tomo su presa y se fue.

Al día siguiente regreso para revisar su trampa y se volvió a acercar al gran árbol, al ver que el daño de las termitas era aun mayor le pregunto de nuevo.

-¿Por qué dejas que las termitas te devoren? ¿Porque no te deshaces de esa plaga? Siendo tu tan grande e imponente.

El árbol se quedó callado, el cazador recogió al animal y se fue.

Al día siguiente el cazador regreso, esta ves no había ninguna presa que recoger, solo que una duda en su cabeza no lo dejaba dormir, necesitaba saber. Se acercó a él y al darse cuenta de que el daño que las termitas habían causado era tan grande que el árbol estaba a punto de derrumbarse, le hizo la misma pregunta, el árbol no dijo nada, entonces una pequeña termita trepo por su pierna, hasta su hombro y le susurró al oído.

-El árbol no hizo nada por la misma razón por la que este mundo no se ha desecho de ustedes los hombres. Simplemente porque… no puede.

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