Te extraño

El hombre se sentó en su estudio, puso en su viejo reproductor la canción que tan feliz le hizo en su juventud.

Habían pasado 20 años desde que aquel día esa canción como tantas otras muchas cosas cobraron un significado para él, tantas cosas y ahora estaba solo, en su casa, en su cómoda silla de escritorio escribiendo una carta, mientras la canción sonaba, una y otra vez, y las lágrimas brotaban por su rostro, nadie habría sabido decir si eran de felicidad o pena, quizás era una triste melancolía, solo él lo sabría decir.

Una melancolía que esta tarde se había agarrado a su corazón, tan profundamente, que si la comprendiéramos lo más seguro es que nos rompiera el alma, aunque su alma había muerto esta mañana, junto a su amada, la mujer de su vida y ahora absolutamente nada tenía un sentido para él.

Nadie lo diría al verle, pues aunque él se sentía viejo y parecía viejo, tenía apenas 42 años, era exitoso, pero sin ella, su compañera durante tan largo tiempo, nada merecía la pena.

Cuando acabo la carta, sonrió y dijo »espérame amor mío, voy contigo, donde tu sonrisa aun exista, donde tus besos y abrazos aun me llenen»