Unos gemelos no tan parecidos

Siempre entendí lo que pasaba, pero jamás lo arreglé por ego, orgullo o quizá solo quizá estupidez mía por creer que aceptar un contraargumento es doblegarme ante la situación o incluso dejarme pisotear ¡Patrañas! Todo lo contrario, solo mostraba lo débil que era y ponía en primer término mi empobrecido criterio y autocontrol. Extraño a mi hermano y mi reino y aún me lamento, pero he de aprender de ello y tan solo prometo, ser mejor persona y estaré dispuesto a volver a gobernar, si en un mundo paralelo a éste me lo permite.

Una año antes…

Ricardo, rey de No sé donde vivía muy feliz junto a su gemelo Rogelio, ambos hermanos tenían tan sólo 19 años cuando tuvieron que gobernar solos por misterios del destino. Su relación era muy cercana y aprendieron a convivir solos sin problema alguno. Pero apenas tenían que tomar una decisión sobre su pueblo se contradecían el uno con el otro. Cada día era lo mismo, se llevaban bien pero jamás podían ponerse de acuerdo. Su relación empeoraba con los años y jamás supieron como gobernar. Aún les faltaba mucha sabiduría, templanza y amor, mucho amor.

Un día, llegó Rogelio al reino y vio que su hermano había cambiado absolutamente todo a su percepción, eso lo irritó bastante y se fue a buscarlo, apenas lo encontró lo apuñaló con un palo que sólo él sabe de dónde sacó y tras varias apuñaladas lo mató frente a un módico grupo de espectadores.

Rápidamente la noticia corrió por todo el reino así que el pueblo decidió echarle fuera y no permitir que alguien como él gobernara más.

Melancólico el rey tuvo que pasar sus días en las afueras de No sé donde circunspecto, sin un reino que gobernar, un hermano que abrazar y una vida que apreciar.

Moraleja: Las personas mueren en sus propios conceptos, pero no por sus opiniones en sí. Sino por la mala decisión de tener la mente cuadrada. Más vale una solución pronta en conjunto, que un problema individual permanente.