2 años 4 meses, 6 días y unas cuantas horas; han pasado desde ese primer día.

Recuerdo que hasta hace un tiempo era difícil concebir la vida como ahora; me refiero a qué nunca tienes planeado cambiar el ritmo de tu vida tan drásticamente y de un instante a otro. Es muy parecido a descubrir que tienes cáncer. Llevas una vida normal, sin preocupaciones mayores en el día a día. Vas al trabajo, comes lo que te gusta, puedes tomar lo que quieras, si te apetece te tomas una cerveza o unos tragos por la noche antes de dormir. Te develas si quieres, eres libre de hacer lo que más te plazca. Por decisión propia no ves necesario cambiar tu modo de vida. No haces daño a nadie y estás agusto con tu vida tal cual la vives. Pero un día te haces un examen médico y el doctor te dice >Lo siento joven, debo informarle que detectamos algunas células cancerígenas en su sistema linfático. Las células se mueven a una velocidad muy rápida. Debemos iniciar el tratamiento inmediatamente. Aún tenemos muchas probabilidades de detener el avance y de eliminar estas células. Le recomiendo arreglar lo que sea necesario en su trabajo y con su familia. Tómese unos días, y empecemos a planear el tratamiento>.
Es algo que no te esperas, pero en inevitable. No lo puedes negar, ni puedes aplazarlo. No tienes otra opción más que enfrentarlo con ganas o sin ellas. Es algo que te obliga a reaccionar.

Recuerdo que hace cerca de un año, eran inicios de abril. Estaba en pleno apogeo la primavera, era esa época del año donde comienza el calor y sube la temperatura; pero al mismo tiempo se mantiene el fresco al amanecer y anochecer, rasgos inequívocos de que va extinguiéndose del invierno que se acabó.
Ese día decidimos ir al parque estatal de “Tlanemani” solo nosotros; tú y yo. Una vez te conté brevemente la historia del parque y por qué tenía ese nombre. Este parque está situado en una reserva natural protegida. Esta zona era habitada antes de la conquista española por los aztecas, era una zona de vivienda y conveniencia, lejos de las zonas de caza y los sitios religiosos. En este lugar podían venir a pasar el día y convivir las familias de los guerreros aztecas cuando ellos se encontraban cazando o en sus labores diarias. De ahí viene el nombre “Tlanemani”, que significa “Libre”.

Dada las condiciones del parque y belleza que refleja, afínales de los 40´s se decidió proteger la zona y preservarla como patrimonio nacional. El parque está a las faldas de un cerro, al que rodea un rio de aguas cristalinas y flora abundante. Se pueden ver las raíces de los grandes árboles sobresalir y perderse dentro del río. Las aguas son tan claras qué, de no ser por el reflejo de la luz en ellas, no te darías cuanta de que hay algo ahí. Los árboles son altos y sus grandes ramas cubren casi por completo el río de aguas poco profundas debajo de ellos. Hay una gran variedad de flores y arbustos, donde resalta sobre las demás, los vivos colores y estética de los Lirios, la caprichosa y bella forma de los Narcisos y la hipnotizante belleza de las Dalias. El panorama desde que entras al parque te da la sensación de libertad, y el optimismo que desprenden las flores y arbustos, la calma que libera el ligero rumor del agua del río corriendo sobres las raíces intrincadas de los árboles. Te sientes libre al momento de entrar ahí.

Estuvimos haciendo senderismo y escalando por las faldas del cerro entre árboles retorcidos y rocas enormes caprichosamente colocadas una sobre otra, como si alguien hubiera deseado que tuvieran esa forma. Recuerdo que ese día ibas muy guapa, llevabas el pelo recogido con una cola de caballo, tu frente iba descubierta y eso hacia resaltar la redondez de tú cara. Tus cejas se veían muy tupidas y negras, nunca te lo dije pero, siempre me ha gustado tu mirada; es una mirada bonita y profunda, una mirada sincera y llena de emociones si la observas detenidamente. Ahora que lo pienso bien, nunca dije muchas cosas como esas. Siempre supuse que estaban inherentes en las acciones y nunca les di la importancia que debía. Las sentía, admiraba cada parte de tu rostro, al igual que de tu cuerpo y aún más las ocasiones en te arreglabas y peleabas con la belleza de cualquier ángel bajado a la tierra >Así es en presencia de mis ojos<. Fue un error asumir tontamente que lo sabías y nunca decirlo verbalmente, que es igual de valioso que demostrarlo.

Después de un rato de andar bajo el sol y sobre rocas y árboles torcidos nos sentamos a descansar sobre un fresco pasto a la orilla de un claro que había en el río. El agua estaba clara y al parecer estancada, ya que durante todo el tiempo que estuvimos ahí no detecté una sola corriente. Estuvimos cerca de una hora recostados, observando el cielo que se alcanzaba a divisar entre las altas ramas de los árboles. El azul de cielo contrastaba totalmente con el verdor de las hojas de los árboles donde luchaba por ganar espacio cada vez que el viento soplaba ligero la superficie de las hojas.

Estaba recostado boca arriba con mi mochila a modo de almohada, tú estabas recostada de medio lado recostando tu mejilla izquierda en mi pecho, tu pierna derecha ligeramente sobre la mía y con tu mano derecha que estaba libre, acariciabas mi pecho o barba cuando no la dejabas posada sobre mi abdomen. Escuchabas atenta lo que te platicaba; era una explicación sobre el comportamiento de un psicópata que se convirtió en un asesino en serie. Siempre que hablada de eso me escuchabas atenta y te interesaba aprender las cosas de las que no sabías antes. Aunque nunca terminaste de entender por qué mi fascinación por estos extraños temas.

-Ted Bundy, así se llamaba. Fue un asesino en serie que violó y mató a más de 30 mujeres, pero según investigaciones se cree que pudieron ser más de 100. Era un genio, estudió psicología y se recibió en derecho. Era un verdadero Psicópata, aparte era maniaco-depresivo, sádico y pervertido. En una ocasión le preguntaron porque mataba gente y él dijo > ¿Qué es una persona menos en la faz de la tierra? Soy el desgraciado con más sangre fría que hayas conocido<. – Platicaba todo esto mientras me mirabas y escuchabas atenta.

  • ¿Por qué pasa eso?, me refiero a porqué se vuelven así las personas. ¿Es una enfermedad? – preguntaste.

-No es tanto una enfermedad, es más bien un trastorno psicopatológico. Se desarrolla regularmente en la niñez temprana, entre los 3 y 5 años a causa del ambiente donde se vive. Él nunca conoció a su padre, su mamá le mintió desde que nació, le dijo que ella era su hermana y sus abuelos eran sus padres. Sufría maltrato de su abuelo, que era racista y odiaba a los negros, católicos y a todas las minorías. Decía que su abuelo tenía una colección de pornografía que un primo mayor le enseñaba, con su primo duraban horas viéndola. El empezó a ver el maltrato y las mentiras como algo normal en su vida. Nunca creo una relación emocional ni afectiva con nadie de su familia. Después su mamá se lo llevó de la casa de sus abuelos a otro estado, allí se volvió a casar y tuvo 4 hijos, pero él nunca encajó con sus hermanos ni con su padrastro. Cuando entró a la universidad se fue de su casa y ya no volvió.

-Entonces ese trastorno se desarrolla cuando se es niño e influye en el comportamiento de las personas ¿verdad? Como él, Ted ¿cierto?, por ejemplo; no tenía cariño ni amor, todos le mentían y lo maltrataban. Entonces el creció pensando que eso era normal y por eso hizo lo que hizo. O ¿no? – Me mirabas con el ceño un poco fruncido, estabas concentrada y te interesaba lo que platicábamos.

-Eso fue el inicio de todo. Un psicópata tiene varias características, es manipulador, sabe mentir muy bien, no tiene remordimientos ni tampoco empatía. Aunque llega a ser muy emocional y obsesivo. Per lo que lo motivó a cometer todos sus crímenes fue una mujer, de quien se “enamoró” perdidamente.

-¿Pues que le hizo esa mujer? Pero si él, Ted, era así. ¿Cómo podía tener novia o algo así?

– Fue una novia que tuvo. En teoría un psicópata no se puede enamorar, si no tiene empatía no puede establecer conexiones emocionales. Si no tiene conexiones con otras personas no puede entender lo que sienten, y como no lo entiende no lo puede sentir. Más bien se obsesionó mucho con esa novia y con el poder tenerla para él. Los dos estudiaban psicología en la universidad, ella iba más adelantada y cuando se graduó le dijo a Ted que ya no quería estar con él porque carecía de objetivos en su vida y no tenía futuro a su lado. Ted nunca lo superó, dejó la universidad y se dedicó a beber y robar casas y negocios. Después de un tiempo volvió a la universidad y se graduó en derecho. Buscó a su ex novia que se llamaba Brooks y le demostró en lo que se había convertido y regresaron por unos meses. Ella se enamoró completamente de él y cuando más comprometidos estaban, Ted le dijo >Me voy, y no me vas a volver a ver en tu vida, no te quiero, solo quería verte sufrir como yo lo hice<. A partir de ahí fue cuando inició su carrera de abusos, violaciones y asesinatos. Su justificación era que toda la rabia que desahogaba en las mujeres que mataba era dirigida su madre.

-Está muy interesante todo eso. Yo no sabía cómo eran esos asesinos, solo que mataban gente y ya.

-Hoy aprendiste algo nuevo… – te decía – aunque te aseguro que si te pregunto el día de mañana ya no te vas acordar de lo que platicamos hoy, bueno no de todo. – Dije sonriéndote al mismo tiempo que me volteabas a ver y hacías una mueca de risa y enojo al mismo tiempo. Fruncías el ceño ligeramente, apretabas los labios y los sacabas un poco, al mismo tiempo que en tus mejillas se iban formando dos hoyuelos característicos de tu inefable risa.

-Si ya sabes que se me va a olvidar – decías a mitad de tu risa – para que me lo cuentas pues… – Y terminaste soltando una gran carcajada, seguiste riendo y yo también durante unos instantes más.

Ese día ya de tarde comimos en tu casa, estábamos cansados y decidimos ver una película. No habían ni transcurrido 15 minutos cuando te quedaste dormida. Literalmente te recostaste y sin decir una palabra te convertiste en una piedra. Pasados unos minutos no resistí mirarte, era mucho mejor verte que seguir mirando la televisión.

Mirarte dormir siempre me llenó de paz. Tu rostro blanco recostado sobre la almohada con el cabello alborotado alrededor, refleja una luz propia, una luz que emana desde dentro de ti y es capaz de iluminar todas las sombras que me rodean. Esa luz me da tranquilidad y me hace sentir que todo está bien, que todos los problemas tienen solución y que nada es tan difícil como lo creo. Esa luz me fortalece y me motiva a seguir adelante, es como un combustible que alimenta el motor que a día a día debe seguir funcionando y yendo hacia adelante. Me quedo viéndote y pensando como todas las imperfecciones, cualidades, defectos y virtudes te hacen ser lo que eres. Eres perfecta, eres la mezcla exacta de belleza, inteligencia, sencillez y pasión. Soy afortunado de poder estar contigo y poder compartir mi vida a tu lado. Te di un beso en la frente y otro en la mejilla, entreabriste los ojos y al verme sonreíste ligeramente, fue una sonrisa sincera y espontánea. Te diste vuelta hasta quedar boca arriba y abriste tus brazos invitándome a estar entre ellos. Crucé mis brazos a tu alrededor hasta llegar a tu espalda, una mano rodeó tu cintura y la otra cruzo tu espalda y quedó a la altura de tus hombros. Al estar nuestros rostros uno frente al otro, me viste a los ojos y me diste un pequeño beso en los labios, el cual fue como sentir una corriente de emociones y sentimientos transitar por cada parte de mi cuerpo.

Estar ahora recostado aquí a tu lado se siente diferente, este césped es duro y áspero. Si me muevo mucho puedo sentir las pequeñas rocas tallándome la espalda. Pero vale la pena por estar unos momentos a tu lado. Ya está empezando a meterse el sol, aquí está muy despejado el panorama. En los alrededores solo hay bastos campos de bosque y pequeños caminos de terracería que han ido haciendo las personas que pasan regularmente por ahí. Justo en frente de nosotros hay una línea de árboles poco altos, deben medir unos tres metros de alto, son de ramas anchas y las hojas son pequeñas y escasas; de no ser por sus anchas ramas no serían capaces de brindar mucha sombra a quien se encuentra debajo de ellos.

Nosotros nos encontramos a la intemperie, hay un árbol a unos tres 4 metros detrás que nos da un poco de sombra de la cintura hacia arriba. El horizonte en el cielo está comenzando a amarillear, la gama de color va pasando poco a poco de amarillo a azul cada vez más oscuro. Parece una pelea entre la luz del día y la penumbra de la noche donde el día cada momento se debilita y la noche va ganando energía al mismo instante. Se empiezan a divisar pequeños destellos de luz en el firmamento, conforme va cambiando el amarillo del cielo se hacen más visibles los pequeños puntos de luz.

Se está haciendo noche y no creo que pueda quedarme más tiempo aquí. Antes de irme te voy a contar algo rápido.

De camino para acá recordé una canción que hacía un tiempo no escuchaba. El recuerdo me llegó a la mente de golpe, como una oleada de viento frío que te golpea el rostro cuando sales a la intemperie. En ocasiones la música tiene el poder de reavivar los recuerdos más profundos, hasta el punto que a uno le duele el corazón. Esta canción en particular la escuchaba mucho, hace ya más de un año, es una canción de una banda Islandesa, la canción se llama Ára Bátur. La canción habla sobre una metáfora de un bote de remos sobre el mar, que trata por llegar a la orilla entre las tinieblas que lo rodean, hay mucha agua y no logra avanzar por más que lo intenta. Quien va remando el bote va hablando sobre una persona, quien lo ayudo y le hizo crecer. Una parte de la canción dice:

Lo intentaste todo

Sí, una mil veces

Has experimentado mucho

Has sufrido mucho

Pero fuiste tú quien dejó todo

Dentro de mi corazón

Y eres tú quien una vez más

Despertó mí espíritu

Antes mis pensamientos y recuerdos eran autónomos. Me refiero a que podía recordar todo lo vivido sin ninguna relación específica, solo era como llegar a un estante donde están todos los recuerdos, sin un orden o secuencia marcada, seleccionar uno y listo. Ahora ya no es tan simple, cambiaron muchas cosas desde aquel primer día hace más de 2 años y 4 meses. Una de esas cosas que cambió fue mi capacidad de relacionar recuerdos y vivencias con personas; relacionar recuerdos y vivencias contigo. Es curioso, cada vez que recuerdo algo, al mismo tiempo recuerdo dónde estabas, o estábamos, en aquel momento. Revivo las emociones de ese momento.

En la época en que escuchaba esa canción recuerdo varias ocasiones en que estuvimos juntos, caricias, besos, abrazos todo tipo de afectos que pudieran demostrarse físicamente. Una de esas ocasiones estaba en tu casa, hablamos y bebimos durante varias horas. Siempre me ha gustado tomar ron con especias, a ti no tanto, pero igual tomaste para acompañarme. Hablamos sobre el trabajo, como te estaba yendo, los retos que tenías y sobre cómo te sentías. Hablamos sobre mí y cómo iba en lo laboral, como me iba con la familia. Ese día supe que no iba a poder estar sin ti, que no debía y que tampoco quería estar sin ti. No te lo dije; no sé por qué no te lo dije. Supe que ibas a ser mi compañera de vida, mi guía en momentos confusos, mi luz en caminos oscuros, mi rosa náutica en el inmenso mar de la vida. ¿Por qué no te lo dije? Hay pocas cosas de las que me he arrepentido en lo que llevo de vida y estoy completamente seguro que no habértelo dicho cuando podía es el peor de todos. Ahora te lo digo y lo puedo gritar a los cuatro vientos si es necesario pero ya no tiene mucho caso; me escuchas pero ya no puedes responder, ahora ya no es importante, ya no va a tener trascendencia en nuestra historia.

Siempre fuiste una fuente que emanaba luz, esperanza y vida a quienes te rodeaban. Estar ahora aquí sentado a tu lado me parte el corazón; tal vez influya la insalubre cantidad de alcohol que he consumido. No había tenido el valor de venir a visitarte, no podía aceptar la realidad en que se convirtió todo esto. Desde ese día no he sabido que hacer, mi mundo, mis planes, mi vida, todo cayó; se destruyeron las columnas de mi fortaleza.

Nunca creí ser capaz de sentir tantas cosas por otra persona, nunca creí ser capaz de querer tanto. Nunca supe que podía sentir tanto vacío y dolor al mismo tiempo. No sé qué se sienta morir, pero supongo que es muy parecido a perderlo todo. Sin ti, todo se esfumó. Ya no brilla el sol y la oscuridad que ahora me cubre se hace cada día más perpetua. Las lágrimas no cesan y cada día inundan más este océano.

*

“Quedó un vacío en la tierra, pero ahora brilla otra estrella en el cielo”

Es un buen epitafio después de todo. No creo que te hubiera gustado del todo.

Ya debo marcharme, te prometo que vendré a visitarte con más frecuencia. Te amo, sigue descansando.

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