Precisamente porque el tiempo

Precisamente porque vienen las orillas
te miro
te aprendo como el relato de mis noches
muerdo el jengibre beso de tu aliento
y arrodillo los párpados al credo y sagrario de tu frente.

Precisamente porque el tiempo
mi tacto en la base de tus dedos
mis labios cuando subes la escalera
cuando se apaga la luz de donde estemos
o cuando andamos por donde algún día te besé.

Estas playas bien las podemos lamentar saladas
o ver el cromo nocturno
que en menguas lloran las olas
lo que al sol le han robado mañana.

Descálzate
que al final de este fresco sendero de adoquines
el espanto de un «jamás» inevitable nos hará sollozar
mucho
como nunca
como ayer.
Y el silencio zurcirá la herida nación de mi voz
en la que mis ganas hoy te gritan que no ensordezcas prematura.

Perdona el racimo de lo que antes en cactáceas fueron flores

mi tierra arada

mi quedo canto en surcos;

toma toda la herida que soy
porque somos en el tiempo
lo que el atento en las palabras de decir lo que se es
sin poder hacerlo.

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