Amores de un segundo

Estoy aprendiendo a olvidarte y no se por donde empezar a admitir que te extraño, porque si vivo en negación, sería automutilarme y pretender que no sangro.

Mientras permanezco en este encierro, pasando los días, las horas, los segundos, pienso en tu existencia y me pregunto, si pensarás en mi tanto como yo en ti. ¿Es el tiempo acaso, el mejor amigo de las heridas?

De todos los amores de la vida, siempre uno es más importante, quizá el resto sean simples aventuras o llamémoslo mejor “amores de un segundo»… y quizá tu seas el segundo más eterno de mi vida.

Recordarte es vivir una utopía, es algo que nunca sucedió pero se anheló, con toda la intensidad con la que ama y vive un ser humano.

Tengo los pequeños fotogramas en mi mente de nuestras largas conversaciones, de las fotos, de las palabras y de los abrazos. Nuestra primera vez, nuestro primer segundo…oscuro, rápido y extraño.

Siempre en las despedidas, siempre en el adiós y con la esperanza de volverte a ver un día, un segundo o un presente total.. no se si en un mes, un año o una década.

Comprendo tu manera de ser, de sentir, porque somos muy parecidos y quizá por eso acepto que te quiero o al menos eso pretendo. Vivir con el alma así, como si estuviera tatuada de ti, como si fueras un fantasma viviendo dentro de mi, y si es así como se recuerdan los amores, quiero recordarte menos, me prometo intentarlo, pero no me prometo lograrlo.

Llámame algún día y yo contestaré, a pesar de que mi corazón este fragmentado, quizás tu seas quien pueda repararlo, en todo caso, de no ser así, yo estaré bien, porque jamás se muere de amor, aunque los seres humanos experimentemos muchas muertes a lo largo de nuestra existencia.

Puedo sentirte aún , en algún lugar del universo, donde ambos conectamos sin la necesidad de tocarnos, sin necesidad de poseernos.

Eres eso que quedó a medias, a medio sentir y a medio vivir. Es curioso que en este presente de todos los presentes que existen, pueda recordar nuestros abrazos de despedida, siempre a la espera de un bus , del retorno que nos separaba.

Vivo resignada, vivo y espero, busco distracciones y quizá otro amor para olvidarte, pero esas cosas casi ya no me interesan.

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