Un encuentro casual,
tan anhelado como inesperado.
Se reconocen,
se miran y se desean.
Se tienen hambre y sed.
Se seducen sin tocar,
se agitan sin hablar.
Ella baila,
él la mira.
Ambos se disfrutan,
se llaman a gritos silenciosos.
Él se acerca,
ella se doblega.
Sin decencia ni calma,
se arrebatan los últimos instantes de cordura.
Nada más por decir.
OPINIONES Y COMENTARIOS