Al pie de la carretera

Al pie de la carretera

Jarlyn Loza

10/06/2017

Vi una sombra, una sombra de lo que hace mucho era un bosque, de algún modo, desde lo más profundo de mi inconsciente me avisaba de un mal augurio de esa carretera que desde ya hace mucho me aterrorizaba.

No sabía como expresar esto a mi esposa, ella era una mujer que siempre estaba ocupada con sus asuntos de costura y sus cafés de lectura con sus amigas, eran lecturas repugnantes. Sin embargo, yo me sentía altamente atraído por diversas corrientes admirables, por la música clásica en especial por el piano, todo lo que estuviera altamente relacionado con el arte de la edad media me atraía inmensamente, tal como las construcciones de los monasterios y todo lo que ocurría dentro de éstos, tenían tantos secretos, me identificaba con ellos, yo también tenia secretos, horripilantes secretos nacidos de horripilantes sensaciones, las he estado controlando toda mi vida, sin necesidad de doctor alguno, no dependo de ninguna persona y todo lo que tenga que hacer lo haré.

Regresemos al bosque, no era sólo un bosque, en una carretera, era un bosque que tenía árboles, árboles de todo tipo y de todas formas, pero en el centro, había uno que resaltaba de los demás, una vez llegando a el podías apreciar toda su belleza, frondoso, grande, un verde magnifico, era como el líder de su especie. Pero sólo era la apariencia, como ya dije, estaba en el centro de todo el bosque, una vez llegando a el, te detenías a observarlo, sacabas unas cuantas fotografías e incluso trepabas a el, pero era todo, no había persona alguna que encontrara el camino de regreso para salir de tan infernal lugar. Éste dato solo lo sabíamos los nativos del lugar y la gran mayoría se esforzaba para que a quien se le ocurriera pasear por el bosque no llegara a adentrarse tanto, eso era algo que realmente a mi no me importaba en lo absoluto, primero, porque era muy innecesario hacerlo y segundo porque yo era la única persona del poblado que podía entrar y salir de ese lugar fácilmente, si, me había escondido ahí tantas veces, huyendo de todo que ya reconocía el camino fácilmente tanto como el a mi. Sin embargo, no fue el mejor lugar para huir, ahí encontré nuevos problemas e hice cosas que a nadie le he confesado. Por mi culpa han metido a la cárcel a todo tipo de personas, más sin embargo, nadie dudaría de un ciudadano honesto, con los suficientes fondos para la caridad.

Un día sin embargo, estaba tocando mis sonatas preferidas en el piano cuando unos golpes a mi puerta me interrumpieron y en seguida, tuve a la criada detrás mío diciéndome que me solicitaban, finalmente me encontré en la sala con uno de los oficiales de la policía muy amigo mío solo porque yo era quien había dado los fondos necesarios para renovar la escuela de policía, bastardos, si supieran que lo hice para que nadie sospechara.

Estuvimos hablando por varias horas dándole hipócritas sonrisas de mi parte, cuándo después se atrevió a preguntar algo que no debió de haber hecho, si, se atrevió a mencionar a todas esas personas desaparecidas en el bosque, mis sentidos se exaltaron como en modo de defensa, le pregunte a que venia ese tema a lo que el me comenzó a contar algo de lo que yo no estaba enterado y que me disgustó en todo sentido de la palabra, me comentó que una compañía estaba talando árboles para su producción de materiales, y que si, como lo que yo ya sabía encontraron más que árboles, encontraron un cementerio, ¿Pero qué? ¿Qué me sucedía? estaba nervioso por que me descubrieran y enojado a la vez porque, ese bosque me pertenecía, pertenecía a mis malos actos a mis malos recuerdos, a mi ser, a pesar de que le tenía tanto miedo, era parte de mi, en especial ese árbol.

Despedí a mi amigo con la pregunta de si sabía si las talas continuaban a lo que contestó con afirmación.

En cuánto se fue, corrí al bosque, iba tan rápido que la gasolina de mi auto derramaba gotas, llegué y busqué a mi cadáver favorito en mi árbol favorito, mi madre, lloré en su lecho pero no había advertido que había sido seguido por el oficial hostigante y unos cuantos hombres, en cuanto lo vi apuntando con un arma me levanté.

Pidió explicaciones y se las respondí, de la manera mas sincera: todo lo que ves aquí, todo lo que yace aquí en este momento, incluso ustedes me pertenece, me quieren quitar algo que yo mismo he construido, el abono que utilizo para estos arboles es caro, la vida de una persona depende de eso, pero cada uno de ellos tiene raíces fuertes, ya pudieron haber notado estimados trabajadores que es difícil cortarlos más sin embargo lo que quieren es convertir todo esto, quiero decirles que los apoyaré, lo haremos juntos, ustedes, el abono, éstos árboles y yo, nos transformaremos juntos de una manera cálida, la más cálida que pudieron haber tenido, y entonces lo incendié, nadie escapó, ni mis recuerdos, ni mis sentimientos, sólo el gran árbol que se quedó con el mejor abono, el mío, ese fue el único sobrevivió para guardar esta historia en sus raíces.

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