METAEXPOSICIÓN

del 57º Premio Nacional de Artes Visuales – Octavio PodestáMuseo Nacional de Artes Visuales-Montevideo-Uruguay

con spoiler

por Mauricio Langon

con Marisa Berttolini

Spoiler es un anglicismo norteamericano considerado tecnológicamente correcto en la jerga al uso, para referirse a algo o alguien que, en nuestro lenguaje corriente, sería un ortiba, un bocón, ese que te «arruina la fiesta», porque te «cuenta el final» o te «explica el chiste»… Casi cualquier creador o artista y casi cualquier público se sentiría ofendido o defraudado con un spoiler.[1]

Yo no ofendo ni temo si «explico» (perdón, si hago un spoiler de) nuestra «Metaexposión».

Como dice el eterno Condorito: «¡Exijo una explicación!». Con eso nos obliga darla, siempre. Y más cuando se trata de esas cosas intelectualoides que tenemos el hábito aristocrático de rodear de un halo de misterio, como si supusiéramos el supuesto, por supuesto falso, de que quien nos lee sabe a qué nos referimos, cuando suponemos (o sabemos) que no lo sabe. Como por ejemplo, al escribir pavoneándonos: «Como es sabido…» o «Como bien se sabe», cuando sospechamos que nuestros lectores lo ignoran. Viejo truco para que se consideren a sí mismos ignorantes y nos crean sabihondos. Y se callen, por las dudas, simulando comprender. Y estar de acuerdo.

Contrariamente a ese hábito, supondré que muy poquitos saben que el Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay convoca anualmente a un Premio Nacional de Artes Visuales; que un jurado otorga los premios y selecciona algunas de las obras presentadas; que las de la 57ª edición se expusieron desde el 30 de agosto al 30 de octubre de 2016 en las salas 4 y 5 del Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV), en el Parque Rodó, de Montevideo. Y que muchos menos la fueron a ver. De modo que puedo (¿o debo?) explicar esta Metaexposición. Que en su momento fueron el power point, el flyer, y el spoiler de ese evento, además de ser su chivo, propaganda, anuncio, promoción (o como se les ocurra llamarlo).

Estábamos viendo sin entender la parte final de la obra de Federico Lagomarsino «La casa inquieta». Es que hicimos el recorrido en sentido inverso; no por deseo transgresor sino sólo porque no estaba indicado ningún orden, y no hay como el caos para la creación.

«¿Será que es arte reproducir parte de un programa de Subrayado[2]?» – nos preguntábamos- sin advertir que no habíamos visto las dos primeras partes de la obra. Que, siguiendo nuestro orden invertido, eran una serie de fotografías (unas, del saliente del primer piso de una casa, pintado de rojo, tomado en distintos ángulos, un definido triángulo con el cielo por fondo; otras, de alguien -quizás el artista- pintando ese cielorraso); y, por último -es decir, primero- un libro en un atril. No podíamos acercarnos a éste pues un señor, de pie, inmóvil, de gabardina, lo estaba observando de modo muy detenido.

Lo de «Metaexposición» (reflexiones filosóficas en imágenes fotográficas sobre una exposición) fue sugerido por quien me hizo saber que la muestra existía y me llevó a verla. Ella me hizo advertir también que ese lector parecía (¿o era?) una escultura que formaba parte de la exposición. Sería divertido sacarle una foto para una Metaexposición. Nos sentamos, pues, a descansar mientras cobramos coraje para cometer nuestro tercer delito en esa visita.[3] De ahí salió la foto

GABARDINA EN DÍA SOLEADO;

IN(TER)VENCIÓN EN LA CASA INQUIETA DE FEDERICO LAGOMARSINO.

El espectador es espectado por metaespectadores. Eso continúa la obra en lectura, foto, power point, spoiler, lo que ustedes hagan con esto, e aínda máis. Una obra que (según después nos enteramos leyendo Brecha[4]) consiste en un libro en que se denuncia que la casa -confiscada por la dictadura a su víctima Helena Quinteros- sigue en manos del Ejército. Seguramente eso movió al autor a la pintura de ese lugar, a las fotos, y al noticiero de TV que cubrió la noticia (en el cual se ve la pintura mencionada que, por tanto, es anterior). Nuestra in(ter)vención, pues, continúa la obra de arte que continúa la noticia, que continúa la pintura y la foto, que continúa la denuncia, que continúa haciendo presente un crimen que es presente. ¿Son necesarias las preguntas por el inicio y el fin de las artes; de la tejné?

ARQUEOLOGÍA;

DESAFÍO PARA CAPACIDADES VISUALES DISMINUIDAS

Le tuve que contar a Marisa el Gran Premio Adquisición MEC -la obra Arqueología de Eloísa Ibarra- plena de letras, signos y códigos pequeños, a la que incluimos en la Metaexposición, como prueba de los inconvenientes de olvidar lentes en Artes Visuales. Le tuve que hacer un spoiler. Le expliqué, como ahora a ustedes, que lo que aparece en esa vitrina[5] son objetos arqueológicos encontrados en Uruguay -boleadoras, puntas de flechas, ornitolitos, antropolitos, etc.-, obras científicas y periodísticas que describen y comentan esos hallazgos. Entre ellos un sorprendente dado de piedra con pictografías indescifradas que son un código QR (a la izquierda del observador en la foto) que aparece fotografiado y descrito en los libros anexos, junto a otros objetos líticos grabados de modo similar. Le tuve que leer los textos, porque Marisa no podía.

ESFUERZO DE DECODIFICACIÓN;

DESAFÍO PARA CAPACIDADES MENTALES DISMINUIDAS

En Esfuerzo de decodificación, mi acompañante me capta a traición y se burla sutilmente de mi incapacidad de comprender, con su referencia a mi «esfuerzo» de incierto resultado. Se venga así de mi posterior foto:

CIEGA FUMANDO EN EL JARDÍN DE ARTES VISUALES

(¿Me quedó linda, verdad? ¿Captó su sonrisa de Mona Lisa?). Recordatorio de que no es conveniente olvidar los lentes en determinadas circunstancias. O… quizás ella se quiso vengar con su foto de anteriores infamias mías. Mi foto no era revanchista, puesto que, al sacarla, ignoraba su foto anterior. Pero incluía cierta maldad agresiva, gratuita, pura…

Será por eso: Primavera con ramo de novia; con flores extraídas no convencionalmente del mismo jardín, que le regalé para que me perdonara. ¿Hago el mal por el placer de hacerlo, por el de pedir perdón o por el de ser perdonado?

PRIMAVERA CON RAMO DE NOVIA

No disponía (ni sabía que existía) la foto que después me envió mi co-metaexpositora y que titulé (sin demasiada convicción) Celular y Derechos Humanos; “Todos heterosexuales y capitalistas”. En ella se ve (aparte de un fondo no secundario) a una persona celular en mano frente a una de las obras más impactantes, Primer Premio Adquisición, Extravagancia de Venus, de Fernando Barrios, en cuyo frente luce una cinta blanca con la frase entrecomillada.

La ambigua espectadora: ¿está escribiendo? ¿está llamando? ¿está atendiendo? ¿está leyendo? ¿está preparando una foto? ¿ya la sacó y la está mirando o enviando a otros?

CELULAR Y DERECHOS HUMANOS

TODOS HETEROSEXUALES Y CAPITALISTAS

El asunto me remitió a algo que me llegó hace poco por correo electrónico o facebook y que querría linkear aquí, pero ya pasó. Era algún tipo de promoción disimulada (¡debe haber una palabra en inglés para eso!) que empezaba con una foto tomada en 2014 en un museo (quizás de Amsterdam) en uno de cuyos salones, sentados en un largo asiento, estaban un grupo de chicos y chicas, cada uno «metido» en su celular, dándole la espalda con indiferencia a un célebre cuadro (quizás de Rembrandt).

El «chivo» relataba indignado tamaña atrocidad y explicaba cómo el Museo había actuado para despertar el interés de la generacion.net (¡bravo! el corrector ortográfico ni corrigió ni marcó el neologismo…): poniendo a disposición de los gurises elementos de pintura para crear sus propias obras en ese espacio y otras cosas divertidas.

Posteriores fotos mostraban el mismo sitio en 2016, con hiperactivos niños felices pese a estar en un lugar tan culto, tan aburrido, tan triste, tan viejo. Me pregunté entonces: ¿y si los jóvenes de 2014 estuvieran conectados con algún amigo, y si estuvieran compartiendo con otros fotos de esos cuadros, y si estuvieran concentrados en una actividad filosófica o artística incentivada por algún profe que les incentivara a pensar… estaría tan mal?

NOCHE ESTRELLADA

«EXIJO UNA EXPLICACIÓN»

La obra Noche estrellada de Silvina Arismendi, Segundo Premio Adquisición MEC, consta de maderas sujetas con cintas plásticas de colores, apoyadas en un rincón de la pared.. Nos impactó. Confieso que no la entendimos. ¿Una alusión a Van Gogh, tal vez? ¿A Neruda? ¿O sería otra noche…? «Sólo en la noche más oscura se pueden ver las estrellas», me dijo un sabio orientalista cuando estaba en el exilio. Nos quedamos en la noche. Debimos haber arriesgado otra foto, para que ustedes entendieran nuestra incomprensión. Pero no nos animamos. Recién ahora Marisa me hizo ver que en http://www.enperspectiva.net/tag/invitación-para-ver hay un video que muestra los premios de la muestra. ¡Bravo! Pudimos incluirlo en la pésima foto que le hace honor. De ese modo ustedes también podrán compartir nuestro asombro… origen de la filosofía, dicen. Cuando, más tarde, se me escapó una foto que captó mi índice apuntando a un piso oscuro, se me ocurrió que ese index digital podría estar apuntando hacia «arriba» y denominarse Galaxia digital.

GALAXIA DIGITAL
inspirada en la obra “Noche estrellada” y en eso de la “Galaxia Gutemberg”

Esto me recuerda una foto de mi niñez: dos o tres años. Yo, mirando al frente, con el índice señalando hacia arriba. Mi hermanito, mirando con la boca abierta, no al dedo, sino a la nada a que yo apuntaba. También daría para pensar. Al menos, que debí guardar la foto. Nunca puede preverse para qué y cuándo algo puede ser útil. Seguro que lo precisaremos en seguida de tirarlo.

Por las dudas: Guardemos la filosofía.


[1] Una excepción es Luis Landriscina; quien -en un chiste políticamente incorrecto- contó que había sido reconocido viajando en un «micro» y le insistieron en que narrara uno de sus famosos cuentos. Aceptó, pero preguntó «antes» si entre los pasajeros había algún gallego: alguien allá al fondo levantó orgullosamente la mano y dijo «yo». Landriscina se sintió desconcertado y por fin resolvió el problema: «Bueno, no importa: después ustedes le explican».

[2] Noticiario del Canal 10 de Montevideo.

[3] La primera infracción fue mía: llevar una botellita de Coca Cola en la mano. Como ella la llevaba en su bolso y era light, no era punible. Pero se acercó demasiado a un cuadro, pasando el límite marcado en el piso. Fue cortésmente retada por pasarse de la línea. Ni intentó la pobre excusa de haber olvidado sus lentes y no poder leer sin acercarse, … ni ver la línea amarilla en el parquet…

[4] Edición nº 1608, Montevideo, 9 de setiembre de 2016; que leí, pero no tengo. El link www.brecha.com.uy no permite llegar al artículo, al menos gratis. Así que tendrán que pedirla a quien tenga la edición en papel o acceso a la digital. No confundir con «brecha digital». ¿O se quedarán sin leerla?

[5] Que, como advertirá el lector astuto fotografié de la página güeb del Ministerio.

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