Mientras caminaba bajo la luz de la oscura noche observaba los ventanales oscuros de aquellas casas antiguas que aun se conservaban en el pueblo, así pase varias noches, observando y pensando en todo aquello que podían vivir sus habitantes detrás de esos oscuros vidrios.
una noche al caminar hacia un rumbo desconocido note que todas aquellas ventanas estaban cerradas excepto la que daba al final de la calle, pues en ella había un hermoso joven que cada noche contemplaba las estrellas y la luna, era un joven triste, con una nostalgia que llegaba hasta lo más profundo de su apacible corazón, pero como no vivir en agonía si había perdido a quien más ama; desde entonces vestido de negro buscaba respuestas en aquellas tristes y frías noches donde por primera vez había conocido el amor, podía leer el sosiego reflejado en su triste y evasiva mirada, podía escuchar sus lagrimas que corrían como mar por su corazón, pude sentir el miedo que el desprendía al recordar a su amada, pero también podía oler el deseo que sentía cuando a mi cuerpo se entregaba lleno de pasión y deseo y preguntaba:
-¿por que de repente deje ir el amor?
Y mientras sus lágrimas salían de sus oscuros ojos y tratando de consolarlo lo tome en mis brazos y respondí:
-nadie ha encontrado la felicidad empuñando una espada ni ganando las batalla del amor
Luego, de haber acallado su alma, volvió su mirada hacia mí diciéndome:
-¡entonces muerte, he de envidiar tu espada; porque envidiare a tu corazón que ha sabido amar!
cada noche llegaba hasta su habitación para consolarlo y tomarlo entre mis brazos, quería beber su sangre, calmar mi sed y ser todo para él, pero cada noche sentía que él deseaba mas allá de lo que yo podía ofrecerle, quería pasiones imposibles, quería poder emborracharse de besos y conseguir que su mente se nublara de inexplicables sensaciones, pero sus dudas eran tan profundas y sus deseos tan imposibles de cumplir para mí que lo lleve a mi fantasioso y perfecto mundo de sentimientos y pasiones deseables.
Así siendo yo la muerte lo tome entre mis brazos y emprendiendo una huida hacia los más alto y lejano de aquellas noches decidimos marcar con sangre y amor nuestra vivida y apasionada historia.
AUTORA: YENIFER MUÑOZ LOPEZ
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